HAREN – Diccionario Enciclopédico de Biblia y Teología

HAREN

árabe haram, velado. Zona de la casa, aposentos donde viven lasesposas; mujeres de un hombre. Esta costumbre de tener varias mujeres, es decir, un h., al cuidado de los eunucos, era costumbre entre los soberanos antiguos. Aunque en las Escrituras se manda al hombre la monogamia, en la época patriarcal era corriente tener concubinas, así­ como que las esposas estériles le entregasen al marido las esclavas para tener descendencia, como sucedió con Abraham, con Jacob; igual situación se presentó en la época monárquica, cuando se imitó el estilo de las cortes paganas a este respecto, en contra de lo mandado por la ley sobre el rey en el Deuteronomio, †œque no multiplique sus mujeres, para no se descarrí­e su corazón†, Dt 17, 17. El rey David tuvo en Hebrón seis mujeres que le dieron varios, 2 S 3, 2-5; 1 Cro 3, 1-4; cuando pasó de Hebrón a Jerusalén, tomó más concubinas y mujeres con las que tuvo hijos e hijas, 2 S 5, 13; 1 Cro 14, 3-7; cuando Absalón se rebeló contra David, tomó posesión del harén de su padre y se unió a sus concubinas, 2 S 16, 20-22. El rey Salomón, hijo y sucesor de David, tuvo setecientas mujeres con rango de princesas y trescientas concubinas, muchas extranjeras, entre ellas, una hija del rey de Egipto, que lo hicieron idolatrar; era corriente en la época que un soberano entregara a sus hijas a otros reyes para cerrar alianzas, 1 R 11, 13; Si 47, 19-20. Roboam, rey de Judá, también tuvo dieciocho mujeres y trescientas concubinas, 2 Cro 11, 18-21. Abí­as, rey de Judá, tuvo catorce mujeres que le dieron veintidós hijos y dieciséis hijas, 2 Cro 13, 21.

En el libro de Ester se narra cómo era el h. del rey Asuero, en la ciudad de Susa, bajo la vigilancia del eunuco Hegué; cómo se mandaba a las provincias del reino a funcionarios de la corona a buscar doncellas para el soberano de Persia. Ester fue llevada al h. de Asuero y, posteriormente, se convirtió en reina, cuando el soberano repudió a su esposa Vastí­, Est 2. Harmaguedón, hebreo har, monte, y Megiddó, ciudad en la llanura de Esdrelón, que bordea las montañas del Carmelo. H., es, entonces, monte de Meguiddó. En la ciudad de Megiddó fue derrotado y muerto Josí­as, rey de Judá, por el faraón Necó, 2 R 23, 29. El sitio se volvió entonces sí­mbolo de tragedia para los ejércitos que allí­ han luchado, como se lee en Za 12, 11. En el sitio simbólico de H., pone San Juan en el Apocalipsis, la batalla escatológica final entre el bien y el mal, Ap 16, 16. Hatak, eunuco de la corte del rey persa Asuero, puesto por éste a disposición de Ester, Est 4, 5-6 y 9-10.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

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Zona de la casa mahometana que esta reservada para las mujeres, esposas y concubinas, de un señor. En la medida que el propietario tení­a recursos y poder contaba con más esposas, dentro del sistema polí­gamo del islamismo.

Con todo, los harenes en los tiempos actuales y en paí­ses desarrollados han ido amortiguándose por leyes más civilizadas, si bien en los regí­menes más retrógrados se sigue conservando la reserva absoluta de las mujeres en forma fí­sica, (reclusión) o simbólica (vestidos como la burka entre los talibanes)

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa