En necesario oler atentamente los aromas. La atención es fundamental para memorizarlos. El café es una mezcla compleja de moléculas odoríferas, de las cuales algunas de ellas cumplen un papel fundamental. Los aromas de la nariz del café se expresan de manera característica, generando un impacto sobre el consumidor.

Son susceptibles de informar sobre el origen, la especie, los métodos de preparación, las técnicas de torrefacción y las condiciones de almacenamiento.

Solo se puede reconocer lo que ya se conoce. Toda percepción se compara con las informaciones almacenadas anteriormente en la memoria. Cuanta más información exista, más apta y rápida será para descifrarla.

Un recuerdo o una similitud establecerán el contacto entre el aroma y su nombre de manera clara y repentina o de forma lenta y confusa.

Diferenciar las impresiones de un buen café y juzgar su riqueza y complejidad aumentará incrementará el placer de beber una buena taza.