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En la sociedad condescendiente híbrida actual se acepta como normal que una mujer o un hombre tenga distintos compañeros sexuales. La igualdad de género disparó conductas irresponsables de ellos y ellas como si la actitud elástica con respecto a la sexualidad fuera un signo de modernidad.
En la juventud, cuando los impulsos y el descubrir forman un volcán de deseos, en una edad de tantas dudas, curiosidad y ejemplos de todo tipo a partir de los personajes que pueblan la web y la tv, muchos padres alientan conductas sexuales que formaban parte de la cultura de antaño. Algunos papás dicen: “Vos tenés que tener muchas novias, varias chicas a la vez, tenés que probar”. Impulsan una actividad sexual promiscua, indiferente a las mil enfermedades que circulan entre la población cada vez más joven. Se ve en la televisión que el sexo es un juego de famosos, que cambian parejas.
En la edad adulta, cada uno sabe lo que sucede ante conductas irresponsables, pero en la adolescencia se tiende a fantasear, a crear ilusiones amorosas detrás de una caricia o una palabra amable. Por eso muchos viejos obtienen lo que quieren de chiquilinas solitarias, a las que se les da poca atención y cariño. Y los varones empiezan cada vez más temprano a tener sexo con chicas que no toman ninguna precaución para no embarazarse o contagiarse algún virus. Enfermedades de transmisión sexual hay muchas, y todas son terribles; el sida, por ejemplo, avanza con sorprendente velocidad. Esta ola de permisividad, la cantidad de chicos que crecen solos como plantas en el desierto, con padres preocupados de sí mismos en una loca carrera por trabajar, estudiar, luchar contra la fea vejez, cualquier cosa, menos ocuparse de sus hijos, preocupa.
Una noticia aparecida en nuestro diario digital señala que el Ministerio de Salud de Paraguay registra cifras alarmantes. Más de la mitad de los casos de VIH detectados en nuestro país este año corresponden a personas de entre 19 y 29 años. El 12% de estos casos son individuos de entre 14 y 19 años. El director del Programa Nacional de Control de VIH/ITS/SIDA (PRONASIDA), Nicolás Aguayo, dijo al respecto que este “rejuvenecimiento” de una de las enfermedades más temidas del mundo se debe en parte al consumo de alcohol y otras drogas por parte de los menores de edad y jóvenes adultos.
Hay que valorar la vida y la salud, y la sexualidad es parte importante, es un tema sobre el cual tenemos que hablar y, sobre todo, cuidar. Padres, instituciones educativas y autoridades encargadas de vigilar la conducta en lugares públicos tienen la misión de evitar que el sida se propague como una pandemia.