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Lluvia dorada: qué es y los riesgos de practicarla

La lluvia dorada es una práctica sexual con muchos adeptos, que tiene su etiqueta y sus reglas para no afectar la salud
Lluvia dorada paraguas dorado
Lluvia doradaAnnabelle Breakey

Lluvia dorada… El nombre que le han dado suena como algo muy sofisticado y una metáfora de lo bello, pero nada de eso. El chubasco no es de oro, de champán ni implica una escena idílica de cuerpos desnudos bañados por rayos de luz. Esto va de orinarse unos a otras u otros en la intimidad. Para algunos, también conocido como urolagnia, se trata de una de las fantasías sexuales más excitantes.

Catalogada como una de las parafilias sexuales (o fetiches), la urolagnia se refiere al acto de buscar placer sexual en el acto de orinar sobre la pareja o a ser orinado por ella. Como en todo, aquí hay niveles diferentes, que van desde el estímulo de placer al oler orina, hasta el extremo de saborearla en el paladar y tragársela. En los niveles intermedios se incluye el impacto táctil de sentir el líquido caer sobre la piel de cualquier parte del cuerpo, el acto de orinar sobre el rostro y los genitales de otra persona, el elemento exhibicionista de encontrar placer y excitación al orinar en público y, también, su contraparte voyeurista de mirar a quienes orinan, lo mismo mujeres que hombres. Incluso, algunos adeptos a esta disciplina interactúan con la zoofilia, y se excitan al ver orinar y ser orinados por animales. Nada que ver con una posición sexual tradicional.

 “Como bien se describe en las fuentes, la lluvia dorada es una de las parafilias sexuales que involucran juego recíproco de poder y sumisión donde un miembro de la pareja es el dominante o activo y el otro, el dominado o pasivo. Esta situación se da incluso en los animales, que marcan su territorio con orina para ahuyentar a sus enemigos o atraer una pareja”, comenta la Psicóloga Wendy Rodríguez. La clave del placer por esta vía está en el contacto de los sentidos con la orina, de manera que los practicantes tienen que oler, tocar o beber la orina de otra persona. Hay que aclarar que, aunque esté catalogada como parafilia, la urolagnia no tiene que ser vista como algo “erróneo” y no es ilegal ni algo prohibido, aunque haya preceptos en diferentes religiones que lo vituperen. “Además, mientras algo consensuado que transgreda los derechos de terceros, tampoco hay razón para andar juzgando a nadie por practicarla”, agrega Rodríguez. Sin embargo, sí hay que fijarse en el lado sanitario y en los peligros potenciales que pudiera conllevar.

Sólo abstracciónoxygen

Los riesgos

Para hablar de riesgos, lo primero que nos dicta el sentido común es que andar jugando con los desperdicios del cuerpo de otro en la piel, el paladar y el olfato no es lo más ortodoxamente higiénico. Consideremos que el nivel de bacterias en la orina puede ser similar o mayor a la concentración que tiene la saliva. Siendo así, pudiera pensarse que es igual de poco higiénico que besarse en la boca. Pero este razonamiento deja de lado que en la orina se transmiten enfermedades e infecciones bacterianas de la uretra o vejiga, como la hepatitis A o B, si uno de los amantes es portador.

Por otra parte, también se ha demostrado que quienes practican la Lluvia dorada pueden mostrar reacciones alérgicas a los componentes químicos de la orina en la piel y los ojos. Quienes están en el club de bebedores de la orina tienen riesgos adicionales a los que comentábamos, y que están asociados con el ingerir una alta concentración de sal y otros compuestos, desde edulcorantes artificiales, hasta los componentes de medicamentos o drogas que esté consumiendo el lado alfa de la pareja. Si sucede que quien orina tiene además una afección urinaria que provoque que haya sangre en su líquido dorado, la parte pasiva estará bebiendo toda la infección, que puede incluir virus como el VIH, si el activo —el o la que orina— es portador o portadora.

Cómo practicarla y protegerse

Quienes practican la lluvia dorada tienen una etiqueta para hacer de este acto algo seguro y lo más higiénico posible. Las reglas generales sugieren practicarla en la ducha, mientras el agua fluya. También tiene que hacerse con el consentimiento de todas las partes y para satisfacción de todos los que participen. Deben asegurarse de estar sanos y ser muy responsables en ese sentido, así como abstenerse de esta práctica sexual si tienen alguna herida o laceración en la piel, hasta que hayan sanado. Anoten también que en la urolagnia debe usarse solo el momento intermedio del chorro de orina, que está más libre de bacterias que el principio y el final de la micción. Por último, lo ideal es jamás beber la orina ajena, limitándose al olfato, lo visual y el efecto táctil.