Son animales inmundos que, no sé si por estar de ordinario encenagados en vicios, despiden de sí una hedentina ó tufo que tiene un nombre particulár, tomado de ellos mismos: llámase fraíluno.
Cuando vi a estos y a los dotores, entendí cuán mal se dice para notar diferencia, aquel asqueroso refrán: «Mucho_va_del_c..._al_pulso», que antes no va nada, y solo van los médicos, pues inmediatamente desde él van al servicio y al orinal a preguntar a los meados lo que no saben, porque Galeno los remitió a la cámara y a la orina, y como si el orinal les hablase al oído, se le llegan a la oreja avahándose los barbones con su niebla. ¡Pues verles hacer que se entienden con la cámara por señas, y tomar su parecer al bacín y su dicho a la
hedentina!
Francisco de Quevedo
Por otra parte López de Gómara relató en su crónica que al final del sitio «los mexicas solo se alimentaban de raíces, bebían agua salobre de la laguna, dormían entre los muertos y estaban en perpetua hedentina, jamás quisieron la paz».