Desde el «coqueo» hasta el crack

La hoja de la planta de coca es sometida a diversos tratamientos, según el tipo de droga que se quiera conseguir.

O simplemente se la mastica en estado natural, práctica que está permitida en nuestro país.

A esto se lo denomina «coqueo». Consiste en masticar un bolo de hojas de coca, al que se le agrega bicarbonato de sodio. Esto se realiza por un tiempo medianamente prolongado. Algunos prefieren ir agregando hojas a medida que van perdiendo el efecto, mientras que otros directamente arman bolos nuevos.

Esto provoca sedación en el estómago, disminuye el hambre, con el tiempo afecta a las piezas dentarias y quita el sueño. Muchos camioneros del norte lo utilizan para manejar más horas sin dormir.

La cocaína es el principio activo que tiene la hoja de coca. Con procesos simples se transforma en un polvo blanco. Provoca una sensación de aumento de fuerza, dificultad para ver, ansiedad, aumento de la presión sanguínea y dilatación de las pupilas, entre otros efectos.

La pasta base

El clorhidrato de cocaína se obtiene tras realizar la pasta base. Para ello se ponen unos 100 kilos de hojas de coca en piletones y se les agrega carbonato de potasio. Esto se deja unos días y, tras agregar más elementos, se compacta y se deja secar al sol.

Después de este proceso queda una pasta color ocre a la que se le agregan ácidos. La forma de consumo más habitual es por inhalación.

Cuando el clorhidrato de cocaína se vuelve a transformar en pasta base, se obtiene el crack. Es más potente que aquél, genera más adicción y se fuma. Su nombre proviene del ruido que produce al ser consumido. (H. A.)