“El trabajo de los bomberos no tiene horario. Este trabajo más que un oficio es una vocación. Nuestra satisfacción es haber cumplido nuestra tarea y saber que al final de la jornada logramos salvar vidas. Siempre estaremos dispuestos a sacrificar nuestros fines de semana e incluso nuestra vida por cumplir con el deber”, dijo el bombero Alberto Romero, miembro del Cuerpo de Bomberos del cantón Mejía.

Durante este verano, ese cantón, además de Quito y Rumiñahui resultó visiblemente afectado por continuos e intensos incendios forestales que arrasaron pastizales, bosques y pajonales.

Los bomberos de estos 3 cantones tuvieron un arduo trabajo para extinguir incendios, muchos de los cuales duraron activos más de 8 días, como fue el caso de los ocurridos en Puembo e Ilaló, en la capital, y Pasochoa (Rumiñahui y Mejía). Sus jornadas se extendieron más allá de las 8 horas laborales. Incluso doblaron sus días de guardia.

No solo combatieron las llamas, también evacuaron familias e incluso lograron salvar a algunos animales como conejos, puercoespines, aves y más. No obstante, algunos especímenes fueron consumidos por el fuego. Mamíferos, aves, reptiles, anfibios e insectos resultaron afectados, según un informe de la SecretaríaMetropolitana de Ambiente de la capital.

“En el incendio del Pasochoa, que duró más de una semana activo, nosotros subíamos a las 07:00; recorríamos hasta más de 10 kilómetros por sofocar las llamas. Durante el día, no comíamos, solo nos hidratábamos. Alrededor de las 20:00 bajábamos a la comandancia a comer alguna cosa”, comentó el subteniente Roberto Alférez, oficial de bomberos de Rumiñahui.

Los 3 cantones cuentan con 662 bomberos. Quito tiene el 80% (600) de ese personal; el 15% (43) es de Rumiñahui y el 5% (19), de Mejía. Según los estándares internacionales, por cada 1.000 habitantes debe haber un bombero.

Las condiciones financieras, estructurales y logísticas entre estas 3 instituciones están marcadas por grandes diferencias. En términos generales, el nivel de ingresos está determinado por el número de habitantes de cada cantón. Los principales rubros de recaudación son la tasa de bomberos que se cobra con la planilla eléctrica, otro aporte viene del impuesto predial y de servicios.

Pero el 80% del presupuesto para esa institución lo determina el rubro cobrado junto con la energía eléctrica. De ahí que, el cantón Quito tiene un presupuesto de $ 39 millones, Rumiñahui $ 1 millón y Mejía, alrededor de $ 500 mil.

Diario EL TELÉGRAFO visitó las estaciones de bomberos de Mejía y Rumiñahui. Cada estación está a menos de una hora, la una de la otra, su realidad es distinta y sus necesidades muy parecidas.

En el caso de Mejía, su infraestructura es solo para oficinas, pues sus bomberos y oficiales se capacitan en Quito. En su parte operativa cuenta con 2 motobombas, 2 ambulancias, 1 tanquero, 2 camionetas y 2 unidades de rescate. Este equipo tiene aproximadamente 15 años de antigüedad.

Durante esta época del año, el Cuerpo de Bomberos de Mejía (CBM) recibe más de 8 alertas diarias por incendios forestales.

Cada bombero se prepara 7 meses para ejercer su profesión. En la estación laboran 19 bomberos que cumplen turnos de 48 horas.

Javier Velázquez, jefe operativo del CBM, señaló que los aspirantes se preparan en Quito e Ibarra, puesto que el cantón no cuenta con una escuela de formación. “No contamos con un presupuesto para construir una escuela de preparación, pues los costos de inversión son altos. Realizamos prácticas constantes con los implementos con que contamos; de hecho, solicitamos al Municipio que done un terreno para construir una unidad más grande, la cual se construiría en el sector de Cutuglahua, pues nosotros tenemos el compromiso no solo con Mejía sino con otras poblaciones cercanas”, mencionó.

Existe un déficit de 20 bomberos en la estación de Mejía. Según Velázquez, el presupuesto con el que se maneja la estación no les permite cubrir estas vacantes. El costo de los uniformes para cada elemento es de $ 15 mil; hace menos de 3 años renovaron sus trajes.

Velázquez señaló que el sueldo que gana la tropa y los oficiales es muy bajo. Un bombero gana el sueldo básico ($ 354), mientras que un oficial llega a los $ 800. Una gran diferencia con respecto a otras instituciones similares.

Así mismo, mencionó que muchos de los aspirantes a bomberos prefieren integrar las filas de otras estaciones, sobre todo la de Quito, pues el sueldo de un bombero en la capital es 5 veces más.

El oficial señaló que —a su juicio— el Municipio no brinda el suficiente apoyo a la institución, aunque desde el año pasado, el Cabildo debate al interior del Concejo para asumir esta competencia.

“Estamos revisando el proyecto de ordenanza, pues estamos aquí por la gente, no por un fin político. Necesitamos recursos, es importante que nos apoyen”, dijo.

Comentó que es fundamental que cuando se asuma esta competencia no se politice la institución, pues la prioridad del cuerpo de Bomberos es servir a la ciudadanía.

“Necesitamos el compromiso de todas las autoridades. El Municipio haría una gran labor si nos dona un terreno para construir ahí una unidad de bomberos más grande. Deben entender que nosotros como bomberos no seríamos los beneficiados, sino la misma ciudadanía”, dijo Velázquez.

El proyecto lleva más de 2 años planteado, pero aún no se han registrado avances.

La estación del cantón Rumiñahui se encuentra a cargo del coronel Jorge Ayala, con 30 años de servicio en la institución.

La unidad de bomberos de ese cantón se formó por esa misma época y cuenta con 43 bomberos. La mayoría se capacitó en Quito, fuera del país y en la escuela de formación del cantón.

La estación empezó sus actividades con personal de Quito y poco a poco fue evolucionando. Actualmente, su infraestructura es más completa y grande que la de Mejía.

El coronel Jorge Ayala dijo que existe un déficit en el personal y que se requieren alrededor de 70 bomberos para completar la norma internacional. También dijo que, exceptuando Guayaquil, puesto que cuenta con voluntarios, el resto de cuerpos de bomberos tienen ese inconveniente.

Dijo que otro problema al que se enfrentan es la falta de presupuesto. Esa unidad cuenta con $ 1 millón. Ayala mencionó que parte del equipamiento fue obtenido gracias donaciones internacionales, en el caso de uniformes, motobombas, equipos de rescate y auxilio. El 50% del presupuesto se invierte en la compra de equipos y la otra mitad se utiliza para las remuneraciones.

Un vehículo de emergencia puede costar $ 300 mil y un equipo para sofocar incendios puede alcanzar un valor de hasta $ 15 mil.

Esta unidad ha optado por adquirir vehículos de carrocería nacional, que costarían $ 150 mil.

“Al inicio cocíamos los chaquetones que nos regaló el CBQ. Luego, gracias a amistades a nivel internacional logramos que nos envíen 42 equipos; claro, estos eran usados, pero para nosotros eran casi nuevos. En aquel tiempo, la mitad lo cedimos a Cayambe y el resto fue para nosotros. Actualmente, cada 2 o 3 años renovamos nuestros equipos y también donamos los que no utilizamos para los bomberos ‘pobres’”, aseveró el oficial rumiñahuense.

Las donaciones, la autogestión y la solidaridad entre los cuerpos de bomberos han logrado que varias estaciones del país salgan adelante.

El coronel Ayala comentó que apoyo municipal que reciben no es el óptimo, puso como ejemplo que desde hace 8 años solicita al alcalde Héctor Jácome un terreno para construir una nueva estación. “Me han ofrecido sitios, pero lo que se requiere es una unidad de bomberos en un lugar estratégico, que ayude a reducir tiempo de respuesta en casos de emergencia. Fuimos con el alcalde Jácome a ver un terreno, pero todo quedó en nada”, señaló.

Con respecto al apoyo del Municipio a la institución, Ayala comentó que desde hace varios años pide que se destine presupuesto para el Cuerpo de Bomberos de Rumiñahui (CBR).

Un punto de discordancia entre el Cabildo y la institución de rescate es la forma en que el Cabildo asumirá la competencia del manejo de emergencias y desastres. El Municipio propone categorizar a los bomberos como empresa pública, lo que no es compartido por los miembros de la institución, pues ello implicaría tratar de autofinanciarse.

“Le pedí al Alcalde que nos acoja, pero tal como lo dice la ley, respetándola, no contraviniéndola. El artículo 140 del Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización (Cootad), dice claramente cómo realizar el traslado de competencia. Pero el Municipio hace caso omiso a la ley. No encajamos como empresa pública”, dijo Ayala. (I)

Datos

El Cuerpo de Bomberos de Quito está compuesto por 600 bomberos y 441 funcionarios administrativos. La actual estructura institucional data de 1945.

El 19 de julio de 1921 se creó el Cuerpo de Bomberos Quito. El señor Manuel Mena fue elegido para organizar la institución. Los ejercicios bomberiles se realizaban en las plazas de Santo Domingo y San Francisco.

La administración de Isidro Ayora decretó, en 1928, una Ley Especial del Servicio Contra Incendios. En noviembre de 1936, según Decreto Nº 76, se estableció el primer Cuerpo de Bomberos en Quito.

El presupuesto del Cuerpo de Bomberos de Quito es de $ 39 millones anuales. El sueldo que recibe un bombero es de $ 900 y el de un oficial, de $ 4 mil, en promedio.

Quito tiene 20 subestaciones de bomberos en gran parte del Distrito Metropolitano, ubicadas en las 8 administraciones zonales. Hace pocas semanas se inauguró la estación de Nanegalito.

De igual manera, Quito cuenta con 4 brigadas del Cuerpo de Bomberos de Quito. Gran parte de los bomberos de esta y otras provincias se preparan en la estación de la capital de la República.