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GUESS FABRICARÁ EN MÉXICO, PERÚ Y CHILE

Guess Inc., un fabricante de jeans de Estados Unidos presionado en su país por acusaciones de prácticas laborales ilegales, está trasladando discretamente la mayoría de sus plantas a México y otros países latinoamericanos, como Perú y Chile.

Maurice Marciano, presidente de Guess, dijo que la proporción de prendas confeccionadas en Los Angeles caerá al 35% el mes próximo. Hace cinco meses se encontraba en el 75%.
Guess ha sido durante muchos años uno de los mayores fabricantes de ropa de Los Angeles, con casi 70 contratistas que hacían la mayor parte de sus prendas. Este número ha sido cortado a 35, dice la compañía.
Marciano dijo que el traslado de sus fábricas ha sido principalmente una decisión comercial orientada a mantener la competitividad y los bajos costos .
Pero también han influido en la decisión las acusaciones de los activistas sindicales de EE.UU. que afirman que los productos de Guess salen de talleres de hambre y varias investigaciones del gobierno al respecto, afirmó Marciano, uno de los cuatro hermanos fundadores de Guess.
Problemas sindicales
La última ronda de complicaciones laborales de la compañía comenzó hace un año, cuando el Sindicato de Trabajadores del Vestido de EE.UU. (Unite) empezó a organizar a los empleados de la sede central de la compañía en Los Angeles. En agosto, Unite presentó una demanda colectiva contra Guess y algunos de sus contratistas, acusándolos de violar leyes laborales en cuanto al pago de los salarios mínimos y las horas extraordinarias. Guess respondió con una demanda por difamación contra Unite y algunos de sus líderes.
David Young, subdirector de organización de Unite para todo el país, dice que más de 1.000 trabajadores de la industria del vestido perdieron sus puestos de trabajo en agosto y septiembre después que Guess cancelara los contratos con algunos de sus proveedores.
Guess respondió a nuestra demanda cortando la producción en cualquier planta en la que pensaran que Unite tiene una presencia significativa , acusó Young.
Entonces, las autoridades federales y estatales de EE.UU. comenzaron a investigar. Estamos investigando posibles violaciones de las leyes laborales realizadas por] contratistas de Guess en materia de horas extras y salarios mínimos , dijo un funcionario del Departamento de Trabajo.
Entretanto, la Oficina de Relaciones del Trabajo de EE.UU. ha estado analizando los cargos presentados contra Guess entre agosto y octubre. Hicimos nuestras investigaciones y llegamos a la conclusión de que había evidencias de prácticas laborales irregulares, incluido el despido de 20 empleados , dijo Victoria Aguayo, director regional de la oficina en Los Angeles.
Guess llegó a un arreglo a fines de diciembre, incluyendo una provisión para reincorporaciones y pagos retroactivos a los empleados, así como el despliegue de carteles informativos sobre su disposición a realizar ciertas cosas , dijo Aguayo. Guess estuvo de acuerdo con el pacto sin admitir haber hecho nada incorrecto, señaló.
Marciano contraatacó diciendo que Guess _algunos de cuyos locales sufren aún a los piquetes sindicales_ ha sido elegida como blancos por Unite sólo porque la compañía ha mantenido gran parte de su producción en Los Angeles.
Hasta hace tres años, el 97% de nuestra producción salía de Los Angeles. En lugar de estar bien considerados por esto, fuimos atacados , se quejó Marciano.
En busca de menores costos laborales, Guess comenzó a trasladar parte de su producción a Asia en 1993. Pero la compañía se resistió a saltar a México hasta hace poco, debido a que las fábricas de allí no lograban la calidad consistente que requiere Guess, según Marciano. Pero ahora, empresarios mexicanos han invertido en equipos automatizados, siguiendo el camino marcado por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), agregó. Muchos de los competidores de Guess también están trasladando sus negocios hacia allí, dijo Marciano.
Marciano dice que Guess ahorra de US$1,50 a US$2,00 por prenda mediante el envío de los cortes para ser cosidos en fábricas de México, Perú y Chile. Marciano declinó, por razones competitivas, revelar el costo total de producción de una prenda. Unite estima que menos de US$5 de los US$48 que cuesta un par de jeans corresponde a la tela y a la mano de obra. Guess dijo que los cambios en su forma de industrialización afectan a varios millones de unidades por año , las que generan una facturación mayorista que oscila entre US$300 y US$325 millones.
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