rapiña


También se encuentra en: Sinónimos.

rapiña

(Del lat. rapina.)
s. f. Robo o saqueo que se ejecuta con violencia.
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

rapiña

 
f. Robo, expoliación o saqueo que se ejecuta arrebatando con violencia.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.

rapiña

(ra'piɲa)
sustantivo femenino
saqueo que se realiza aprovechando un descuido Repartieron el botín de la rapiña.
Kernerman English Multilingual Dictionary © 2006-2013 K Dictionaries Ltd.
Sinónimos

rapiña

Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.
Traducciones

rapiña

rapina

rapiña

SFrobbery, robbery with violence
V ave
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005
Ejemplos ?
Y no penséis que el mar os da frontera infranqueable para el moro fiero; pues si otras veces ya, saliendo fuera de Abila y Calpe a mar que es extranjero, rapiña han hecho por las islas vuestras, ¿qué harán ya dueños de las tierras nuestras?
Ciertamente. Y las almas de los que sólo han amado la justicia, la tiranía y la rapiña animaran cuerpos de lobos, de gavilanes y de halcones.
Apesadumbrado, el gato montés no tuvo más remedio que perder un ojo, porque con tanta oscuridad le era imposible pelear contra la abusiva ave de rapiña.
Otra lengua clama y dice: "Vivas, ¡oh blanca paloma!, que nos has de dar por crías águilas de dos coronas, para ahuyentar de los aires las de rapiña furiosas; para cubrir con sus alas a las virtudes medrosas".
Primero, has de presuponer que todos cuantos en él trabajan, desde el menor hasta el mayor, es gente ancha de conciencia, desalmada, sin temer al Rey ni a su justicia; los más, amancebados; son aves de rapiña carniceras: mantiénense ellos y sus amigas de lo que hurtan.
Sus hijas e hijastras, unas quedaron locas, otras fatuas y tontas las restantes. Los siervos se alzaron a mayores; y sobre los inmensos dominios y riquezas de tan ilustre raza cernióse la rapiña.
rase que se era y el mal que se vaya y el bien se nos venga, que allá por los primeros años del pasado siglo existía, en pleno portal de Escribanos de las tres veces coronada ciudad de los Reyes del Perú, un cartulario de antiparras cabalgadas sobre nariz ciceroniana, pluma de ganso u otra ave de rapiña, tintero de cuerno, gregüescos de paño azul a media pierna, jubón de tiritaña, y capa española de color parecido a Dios en lo incomprensible, y que le había llegado por legítima herencia pasando de padres a hijos durante tres generaciones.
De otra clase es el agudo dardo que yo arrojo: por poco que penetre deja exánime al que lo recibe, y la mujer del muerto desgarra sus mejillas, sus hijos quedan huérfanos, y el cadáver se pudre enrojeciendo con su sangre la tierra y teniendo a su alrededor más aves de rapiña que mujeres.
No hay águila, ni ninguna otra ave de rapiña, que más presto se abalance a la presa que se le ofrece, que nosotros nos abalanzamos a las ocasiones que algún interés nos señalen; y, finalmente, tenemos muchas habilidades que felice fin nos prometen; porque en la cárcel cantamos, en el potro callamos, de día trabajamos y de noche hurtamos; o, por mejor decir, avisamos que nadie viva descuidado de mirar dónde pone su hacienda.
Tocados de vuestros infortunios, no hemos podido ver con indiferencia las aflicciones que os hacían experimentar los bárbaros españoles, que os han aniquilado con la rapiña y os han destruido con la muerte; que han violado los derechos sagrados de las gentes; que han infringido las capitulaciones y los tratados más solemnes; y en fin han cometido todos los crímenes, reduciendo la República de Venezuela a la más espantosa desolación.
"A los azores, aves de rapiña, cuenta San Alberto Magno", cantaba éste; "San Luis, Rey de Francia, al acostarse con sus hijos", cantaba aquél; y, absortos, embebecidos en su grandeza, en los ejemplos estupendos del libro inmortal de San Casiano, ni cuenta de la vida ni de su propio sér se daban estos sabiondos.
-Más precio haberte visto -dije yo- que a cuanto tengo. ¡Oh, estómago aventurero! ¡Oh, gaznate de rapiña! ¡Oh, panza al trote! ¡Oh, susto de los banquetes!