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CÁRCEL POR BIGAMIA, EN MANOS DE LA CORTE

En Colombia, según un estudio publicado en el libro La Pareja: cómo vivir juntos , de 5.200 hombres separados, cerca de 66 aceptaron haber tenido relaciones con otra mujer mientras estaban casados. Las mujeres (en un 5.2 por ciento) confesaron haber sido infieles.

En el estudio, el 60 por ciento de los hombres y el 76 por ciento de las mujeres dijeron que la experiencia de la relación extramatrimonial les pareció positiva porque les permitió salir de la rutina e independizarse.
La realidad es que decenas de parejas se separan día a día y deciden iniciar una nueva relación e irse a vivir con otra persona. El asunto legal la disolución del vínculo matrimonial y la separación de bienes poco les importa y deciden postergarlo.
Esta situación, en la práctica, configura un delito que se llama bigamia y está contemplado en el Código Penal con penas entre 1 a 4 años de cárcel. Ahora, las penas corren el riesgo de ser tumbadas .
Un ciudadano le pidió a la Corte Constitucional dejar sin efectos la penalización de la bigamia y del matrimonio ilegal porque, en su opinión, viola el debido proceso, la unión familiar y hasta la protección de los niños.
La cárcel
Ayer, el procurador General de la Nación, Jaime Bernal Cuéllar, le pidió a la Corte rechazar la demanda. Quienes incurran en bigamia y matrimonios ilegales deben ir a la cárcel, dijo Bernal.
El argumento del Procurador es que el Estado tiene la obligación de proteger a la familia como núcleo fundamental de la sociedad. Por ello, explicó, son válidas las penas de prisión consagradas en la legislación penal: 1 a 4 años de cárcel en el caso de la bigamia y 6 meses a 3 años, en el de matrimonios ilegales (artículos 260 y 261 del Código Penal).
El Procurador sintetizó así su tesis: El Estado se encuentra habilitado para reprimir aquellas conductas que, como la bigamia y el matrimonio ilegal, significan un atentado contra la institución familiar, en cuya protección existe un interés de la comunidad debido a las repercusiones que tienen estos comportamientos en el orden social, independientemente de las consecuencias que la legislación civil le atribuye a la celebración indebida de las uniones matrimoniales .
Ahora, la Corte Constitucional quedó abocada a estudiar la demanda y decidir si respalda las penas de prisión para la bigamia y los matrimonios ilegales o, por el contrario, las deja sin efectos.
El Código Penal consagra la bigamia así: El que ligado por matrimonio válido contraiga otro, o el que siendo libre contraiga matrimonio con persona válidamente casada, incurrirá en prisión de 1 a 4 años .
Y el matrimonio ilegal: El que con impedimento dirimente para contraer matrimonio lo contraiga, o el que se case con persona impedida, incurrirá en prisión de 6 meses a 3 años .
Ahora, la Corte Constitucional quedó abocada a estudiar la demanda y decidir si respalda las penas de prisión para la bigamia y los matrimonios ilegales o, por el contrario, las deja sin efectos.
La bigamia es una cuestión cultural
La bigamia, lejos de ser considerada un trastorno mental, es una condición que puede o no ser aceptada, de acuerdo a las costumbres de ciertas sociedades.
Mientras que para los musulmanes la poligamia está permitida, en las sociedades occidentales es la monogamia la que reina. Sin embargo, no todos se rigen por esa norma.
Según un estudio realizado por la sicóloga de pareja Nelly Rojas de González, y publicado en su libro La pareja: cómo vivir juntos , de 5.200 hombres separados, el 13.1 por ciento aceptó que había tenido relaciones con otra mujer mientras estaba casado. De las mujeres en cambio, solo el 5.2 por ciento aceptó haber sido infiel en su matrimonio.
En el estudio, el 60 por ciento de los hombres y el 76 por ciento de las mujeres pensaron que la experiencia de la relación extramatrimonial fue positiva porque les permitió salir de la rutina, independizarse, volver a vivir y hasta conocer otras vivencias.
Según la doctora Rojas, en general, las mujeres aducen razones de orden existencial (para tener una relación extramatrimonial) mientras que para los hombres parece ser sólo el ejercicio de una posibilidad cultural .
La bigamia puede ser una cosa culturalmente aceptada o no , dice la sicóloga Ruth de Lechter, quien no considera el término bigamia como un término sicológico sino mental. Una persona que no es capaz de ser monógama puede tener un problema sicológico, pero con eso no se puede generalizar , afirma Lechter.
Pero si la bigamia no concierne al plano sicológico sino al social, las consecuencias de la infidelidad sí tienen relación con la sicología.
Para la doctora Lechter, generalmente cuando se descubre una bigamia el sentimiento es de traición, porque se rompe el compromiso explícito que hay de una persona para con la otra. Es un compromiso social y generalmente es muy difícil de superar .
Las reacciones, según la encuesta hecha por Nelly Rojas, van desde la agresión verbal hasta la negación, pasando por la separación, el distanciamiento y hasta la violencia física.
Aunque la infidelidad y las relaciones extramatrimoniales no sean legal ni culturalmente aceptadas en Colombia, existen. Hasta el punto de que hay quienes las consideran parte de la vida cotidiana.
Bigamia y bonanza petrolera
Bucaramanga
Es triste decirlo, pero en Barrancabermeja hay mucha hambre y desempleo y estos dos factores hacen que las mujeres recurran a cualquier medio para asegurarse el sustento.
El más común es dejarse embarazar por un empleado de Ecopetrol, pues la estatal, sin tener la culpa, les alcahuetea la bigamia a sus empleados , explicó el sicólogo Jairo Eduardo Fernández, catedrático de la Universidad Autónoma de Bucaramanga.
Un gran porcentaje de empleados petroleros tienen un hogar extramatrimonial, lo cual eleva el número de hijos hasta a diez o doce, en algunos casos hasta más, pero de acuerdo con los logros del sindicato en las convenciones, esto no es ningún problema, pues Ecopetrol les paga todo: salud, educación y alimentación.
Las mujeres no protestan a no ser que se vean afectados sus intereses, lo cual no sucede con mucha frecuencia, pues la gran mayoría poseen un hogar más o menos estable , si a convivir esporádicamente con una persona casada se le puede llamar estable, manifestó el profesional de la salud.
Algunos hasta lo hacen por negocio, pues por cada hijo reciben subsidios adicionales de estudio y alimentación, lo que les representa mayores ingresos en especie como la carne y el plan educativo.
Según el sicólogo, esto es parte de la cultura machista del costeño, la cual predomina en el puerto petrolero: entre más mujeres se tiene, más poder.
Lo contrario sucede, en términos generales, en el interior del país, en donde el hombre tiene a otra mujer por insatisfacción más que por cualquier otra cosa.
El problema en el puerto petrolero, en términos generales, es que se da una relación de machismo que genera poder y a la vez la erogación de mayores subsidios por parte de Ecopetrol.
Con todo, la Corte deberá analizar los argumentos de la demanda: el rompimiento del vínculo matrimonial corre por cuenta de la jurisdicción de familia y no los jueces penales; la familia no sólo surge del vínculo matrimonial sino de la voluntad responsable de un hombre y una mujer y la protección a los derechos de los niños que no pueden quedar desamparados. La Corte tiene la última palabra.
EN OTROS PAISES
EN ESPAÑA el artículo 217 del código penal establece que el que contrajere segundo u ulterior matrimonio a sabiendas de que subsiste legalmente uno anterior, será castigado con pena de prisión de seis meses a un año . El código español establece también de seis meses a dos años de cárcel para el funcionario que conociendo la imposibilidad de uno de los contrayentes, celebre el matrimonio.
EN FRANCIA la bigamia tiene una pena de un año de cárcel más una multa de 300.000 francos (50.000 dólares). Igualmente es castigado el ministro, funcionario, párroco o líder espiritual que realice una ceremonia de matrimonio sin haber verificado previamente el estado civil de los contrayentes. El código penal prevé para este caso una pena de 6 meses de cárcel y una multa de 50.000 francos (8.300 dólares).
EN MEXICO se castiga con pena de hasta cinco años de cárcel o con una multa de 180 a 360 días de salario mínimo. (Un día de salario mínimo equivale, aproximadamente, a 4 dólares).
EN ESTADOS UNIDOS es un crimen en todos los estados miembros de la unión, pero el sistema federal complica las bases para su castigo, pues cada estado establece el tipo de felonía que representa y su pena. En Virginia por ejemplo, la bigamia se castiga hasta con diez años de prisión; en el estado de Washington hasta con 8 años de prisión; y en Colorado con sólo dos años de prisión. El asunto se complica con el hecho de que cada estado es libre de reconocer o no la legalidad de un divorcio otorgado en otro estado.
EN ARGENTINA se castiga con entre uno y cuatro años de cárcel cuando los dos miembros de la pareja saben que cometen un ilícito y con 2 a 6 años cuando sólo uno es consciente de ello. La sanción sólo afecta al bígamo.
Siempre supe que él tenía esposa e hija
Marcela Agudelo* conoció a Mauricio Castro* en un viaje de negocios.
Ambos trabajaban en lo mismo, pero en distintas compañías y fueron a un curso de capacitación. Aunque salieron durante la semana que duró el seminario, nunca pasó nada entre ellos.
Para Marcela, Mauricio era el hombre perfecto. Era trabajador, inteligente, atractivo y maduro. Su único defecto era que estaba casado.
El nunca me engañó, dice Marcela, siempre supe que tenía una esposa y una hija . Sin embargo, Mauricio estaba separado de su mujer y vivía hacía unos meses en otro apartamento.
Para Marcela lo del matrimonio de su novio no era un problema. Yo estaba enamorada y aunque sabía que él no había comenzado los papeles de separación no me preocupaba porque esto lo íbamos a arreglar , dice Agudelo.
Al cabo de dos meses de noviazgo, Mauricio le pidió a Marcela que fuera a vivir con él. Ella aceptó, con la condición de que él comenzara a hacer sus trámites de divorcio, y se mudó al poco tiempo a su casa.
Tuve que pelear con toda mi familia, que les parecía un pecado que yo viviera con un hombre casado. Además, en el trabajo también tuve problemas por estar con él. Yo decía que no era justo que la gente me juzgara y lo defendí muchísimo. Pero no me sirvió de nada , comenta Marcela, que regresó a su casa paterna al cabo de cuatro meses porque él nunca inició los trámites de separación.
El me decía que su esposa se ponía furiosa y daba gritos cada vez que él le proponía un divorcio. Incluso me contó que le había hablado de mí para que firmara los papeles y ella no quiso , dice Marcela.
Durante varios meses, Mauricio llegaba a la casa con noticias de la separación y de los problemas que había tenido que enfrentar para que su esposa lo escuchara. Sin embargo, nada ocurría.
Yo me di cuenta, dice Marcela, de que él realmente no quería separarse. Cada vez se enredaban más los trámites, y siempre me decía que le dolía mucho herir de esa forma a su hija pequeña .
Finalmente, Mauricio aceptó que no había hecho nada porque no se sentía capaz de cortar del todo con la que había sido su familia por seis años. Marcela, ante eso, empacó sus maletas y lo dejó.
Para Marcela, su relación con Mauricio, aunque tormentosa, no fue ningún delito. Yo creo que ninguno actuó de mala fe. Esto puede ser una falla moral y por eso le responderemos a Dios, pero nunca una falla legal. Nosotros no le hicimos daño a nadie , concluye Arango.
*Los nombres son ficticios.
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