El 6 de febrero de 1952 Isabel de Windsor se convirtió en reina de Inglaterra. Hoy, 69 años después, sigue siendo la monarca británica más longeva. La reina celebrará en Windsor, en privado y solo con el príncipe Felipe -las circunstancias imponen que así sea- este día tan especial aunque ya con la vista puesta en su Jubileo de Platino, uno de esos festejos, rodeados de pompa, con los que tanto disfruta. Mientras llega junio de 2022, recopilamos algunos de los datos más curiosos sobre la única monarca de Inglaterra que hemos conocido la mayoría de la población mundial.
Isabel es reina del Reino Unido, Irlanda del Norte, Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Jamaica, Tuvalu, las islas Salomón o Antigua y Barbuda, pero la más estrambótica de sus posesiones tal vez sea un McDonald’s. Es del tipo McAuto y se encuentra en un centro comercial que es enteramente de su propiedad en Slough, a un paso del castillo de Windsor.
No tiene permiso de conducir, pero conduce de manera asidua en sus propiedades. Aprendió a hacerlo durante la Segunda Guerra Mundial, cuando recibió formación como conductora y mecánica de camiones.
Tampoco tiene pasaporte, pero ha visitado más de cien países.
Es el personaje del que más figuras ha hecho el museo de cera Madame Tussaud de Londres: 23.
Envío su primer email desde una base del ejército en 1976, cuando Internet todavía se llamaba Arpanet.
Aunque su cumpleaños es el 21 de abril, la celebración oficial tiene lugar en junio.
No nació destinada a ser reina. Durante su infancia ocupaba en la línea sucesoria un lugar similar al de las princesas Beatriz y Eugenia. Cuando su tío Eduardo VIII decidió abdicar por su relación con Wallis Simpson, el padre de Isabel se convirtió en rey bajo el nombre de Jorge VI. Ella tenía 10 años y pasó a ser la heredera al trono.
“¿Quiere eso decir que serás la próxima reina?” le preguntó entonces su hermana menor, la princesa Margarita. “Sí, algún día”, respondió Isabel. “Pobrecita”, le dijo Margarita.
Su abuelo el rey Jorge V le regaló su primer pony, un shetland llamado “Peggy”, a los cuatro años. Tenemos constancia de que a los 89 aún seguía montando a caballo .
La equitación y las carreras de caballos son unas de sus principales aficiones, y sus animales han participado de forma regular en competiciones a lo largo de 60 años. Entre sus nombres: Carrozza, Hopeful Venture, Magna Carta o Pall Mall.
Su marido, Felipe de Edimburgo, es también su primo tercero. Ambos son tataranietos de la reina Victoria y el príncipe Alberto.
Como su boda tuvo lugar en 1947, durante los duros años de la posguerra, sufragó su vestido de novia con cupones de racionamiento.
Los ingredientes para el pastel nupcial fueron donados por una asociación benéfica de jóvenes australianas.
Se enteró de que era reina mientras estaba subida a un árbol. La entonces princesa se encontraba de visita en Kenia cuando le dieron la noticia de que su padre, el rey Jorge VI, había muerto. El lugar exacto es un hotel construido sobre árboles, el Treetops Hotel del parque de Aberdare. Aunque ya no sea único en su clase como en 1952, todavía mantiene parte de su encanto.
Es la soberana de Inglaterra número 40 desde Guillermo el Conquistador.
Su título completo es “Isabel II, por la Gracia de Dios, del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y de sus otros Reinos y Territorios Reina, Jefa de la Mancomunidad de Naciones y Defensora de la Fe ”.
Tiene un poeta de la corte oficial. El cargo lo desempeña en la actualidad Carol Ann Duffy, también la primera persona homosexual reconocida que obtiene el puesto.
Técnicamente, la reina es la dueña de todos los delfines, ballenas y esturiones a tres millas de la costa del Reino Unido.
También lo es de todos los cisnes del Támesis.
La ciudad de Gloucester ha de pagar a la reina por el uso de sus propiedades una renta consistente en un gran pastel de anguilas.
El dueño de Sauchlemuir debe entregar como renta tres vasos de oporto cada nochevieja.
El propietario de Fowlis, en Escocia, debería pagar a la reina como renta, si esta lo requiere, una bola de nieve en pleno verano.
La parroquia de Hungerford paga a la reina una rosa roja a cambio de sus derechos de pesca y pastoreo.
En el aniversario de la batalla de Blenheim (13 de agosto) , el duque de Marlborough debe presentar una bandera con la flor de lis.
En el aniversario de la batalla de Waterloo (19 de junio) , el duque de Wellington debe llevar al castillo de Windsor una bandera francesa tricolor.
El miércoles 9 de septiembre de 2015, sobre las cinco y media de la tarde, Isabel II sobrepasó a la Reina Victoria como monarca que más tiempo ha estado al frente del trono inglés. El record de Victoria estaba en 23.226 días, 16 horas y 23 minutos.
En los 68 años que de momento dura su reinado, Isabel II ha visto pasar a trece primeros ministros de su país, trece presidentes de Estados Unidos y seis papas.
Pese a su longevidad , aún le queda mucho para alcanzar al monarca del que tengamos constancia que más tiempo ha estado en el poder: el rey Sobhuza II de Suazilandia, cuyo mandato de 82 años fue de 1899 a 1982.
Sus perros favoritos son los de la raza corgi, en su variedad pembroke. La reina ha tenido ** más de 30** corgis , todos descendientes de Susan, la perra que recibió por su 18 cumpleaños.
En 1999 uno de los criados de palacio recibió una severa reprimenda de la reina por echar whisky y ginebra en el agua de los canes.
Isabel II popularizó una nueva raza de perros, los dorgi, un cruce de corgi y daschund que se produjo cuando Pipkin, el daschund de la princesa Margarita, se cruzó con uno de sus corgis. Candy y Vulcan son los nombres de los dorgis que tiene hoy la reina.
De entre los corgis, en la actualidad sólo viven Holly y Willow. La reina quedó tan devastada tras la muerte de Monty que decidió dejar de criarlos, parece que ellos serán los últimos de catorce generaciones de perros reales.
A lo largo de su reinado, Isabel ha recibido regalos insólitos como un oso perezoso, un jaguar de Brasil o un castor de Canadá. Estos animales se custodian en el Zoo de Londres.
También ha sido obsequiada con siete kilos de gambas.
No se sabe exactamente a cuánto asciende su fortuna. Está estimada entre 300 y 500 millones de euros, sin valorar propiedades personales como el castillo de Balmoral o el de Sandringham.
Ha sido la primera soberana británica que, ante las críticas, optó por pagar impuestos y en abrir al público el palacio de Buckingham.
En 1982, Michael Fagan, un hombre con problemas mentales saltó las vallas del palacio de Buckingham, trepó por el edificio y logró acceder al dormitorio de la reina. A lo largo de su itinerario se cortó la mano y dejó un reguero de sangre por los pasillos, pero no fue detectado como una presencia extraña por nadie.
“Creo que se ha equivocado de habitación ”, fue el comentario de la reina al encontrar al intruso sentado en su cama.
Michael Fagan permaneció diez minutos en el dormitorio charlando con su majestad sobre su vida conyugal y la curiosa coincidencia de que ambos hubiesen tenido cuatro hijos. Fue el tiempo que tardaron en llegar los empleados para detener a Fagan, que tuvo que pasar seis meses en una institución mental.
Según Cesc Fábregas, la reina es seguidora del Arsenal.
La reina puso de moda la expresión latina “annus horribilis ” para referirse 1992, el año de las separaciones matrimoniales de tres de sus hijos y del incendio del castillo de Windsor.
En cambio, 2012 fue una suerte de “annus mirabilis ” al celebrar su jubileo de diamante por los 60 años de reinado y acoger la capital del país los Juegos Olímpicos.
En la inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres de 2012, la reina se juntaba con otro icono pop británico por excelencia, James Bond, para “ saltar en paracaídas ” sobre el estadio olímpico y presidir la ceremonia.
En el vídeo grabado en el palacio de Buckingham, el James Bond encarnado por Daniel Craig compartía protagonismo con Churchill, el Big Ben y símbolos del Londres moderno, pero los que robaban la función eran los corgis Willow y Holly.
A lo largo de su vida, la reina ha aparecido como personaje en series como Los Simpson o Doctor Who y y en películas como El discurso del rey o Austin Powers y el miembro de oro, pero posiblemente su “papel” más recordado sea el interpretado por Helen Mirren en The Queen, el film de Stephen Frears sobre la reacción de la monarquía ante la muerte de la Princesa Diana. A Helen Mirren le consiguió un Oscar y, a la reina, un repunte de popularidad.
Su té preferido es el popular earl grey.
Según su prima Margaret Rhodes, la reina Isabel toma cada día antes de comer un cóctel de ginebra y Dubonnet con una rodaja de limón y mucho hielo. Durante la comida bebe vino y por la noche se toma un dry Martini y una copa de champán. ¡Larga vida!
Artículo publicado en Vanity Fair el 6 de febrero de 2019 y actualizado.
