Moda

La historia de la mezclilla: su origen y su evolución a través de los años

Una historia con trascendencia histórica y ambiental. Descubre aquí todo lo que necesitas sobre el origen de la mezclilla.
Modelos Andreea Diaconu viste jeans
Andreea Diaconu luciendo jeansChris Colls.

La mezclilla es el denominador común y la variable perfecta cuando se habla de estilo, vanguardia e innovación. Este material textil ha sido capaz de trascender con los años y sobrepasar las temporadas, adaptándose a las tendencias y escribiendo su propia historia. Un clásico en el armario, los jeans, se perpetúan como protagonistas integrando una cualidad que hoy los vuelven aún más relevantes: la sustentabilidad y evolución hacia un futuro con una ética de consciencia.

La mezclilla fue originalmente producida en Francia, particularmente en una ciudad al sur del país llamada Nimes, de aquí se deriva su nombre “denim”. Su historia se remota a 1800, cuando los obreros en las minas requerían un material textil que les permitiera trabajar largas horas, evitando lesiones en la piel mientras estaban en contacto con materiales rudos. El primer modelo de esta prenda fue el popular overall en color índigo, el cual provenía de la India. La funcionalidad de esta prenda la llevó a popularizarse y comercializarse, sobre todo en el occidente.

El overall de mezclilla y los orígenes de una obsesión.

D.R.

Más tarde, en 1853, Levi Strauss abre una tienda en la ciudad de San Francisco donde vendía materiales para obreros, incluidos unos pantalones de denim. Strauss, junto con su socio Jacob Davis, desarrollan la idea de esta prenda reforzada para conseguir la patente de los pantalones que cambiarían la historia de la moda.

Es hasta los años 50 que esta prenda se empieza a popularizar y difundir entre los jóvenes. A finales de los 70 se convierte en la prenda democrática por excelencia. El fin de la Guerra Fría en Estados Unidos trae con ella el fin de la segregación y los estereotipos, y así es como el jean se comienza a usar por personas de todos los estratos sociales, géneros, razas y sexo.

En la década de los 80s, el denim es incorporado a las tendencias de la época por grandes casas como Yves Saint Laurent y Kenzo; que se convirtieron en transmisores de unidad y poder a través de sus diseños para convertir a este par de pantalones en objeto de las miradas. A finales de la década, el vanguardismo y la música supusieron nuevas estéticas para los jeans, al convertirlos en el uniforme de las estrellas de rock, quienes estilizaron estos pantalones bajo sus propias reglas, con siluetas mas holgadas que crean un nuevo discurso social.

Desde entonces el denim ha tenido una popularidad imparable. La mezclilla se ha convertido en uno de los materiales más producidos a nivel mundial, uno que los diseñadores aman e incluyen si falta en sus creaciones. Pero ¿qué repercusiones está teniendo esto en el ambiente y qué medidas ha tomado la industria?

Pasarelas de Primavera/Verano 2020 de Alberta Ferretti, Celine y Chanel.

D.R.

Un estudio realizado por Levi's, comentó que para producir únicamente un par de jeans se pueden consumir hasta 3,780 litros de agua, además de utilizar una enorme cantidad de pesticidas en el cultivo del algodón que se enlaza para formar este textil. Esto se convierte en un parte aguas para que la industria de producción cambiara su percepción a la hora de crear mezclilla. Entonces surgen marcas responsables, colecciones sustentables y proyectos con una visión considerada que ponen a la tierra como prioridad.

Jeans de Zara.

Cortesía Zara

La industria ha tomado la responsabilidad sobre esto, y hoy en día miles de firmas como Re/Done, Levi's y Everlane han optado por una producción sustentable de este material, demostrando que las prácticas más éticas son el futuro, ya sea usando mezclilla de segunda mano o procesos innovadores amigables con el ambiente. Uniforme de cowboys y rebeldes, la mezclilla es una textura icónica con una infinidad de guiños culturales que parecen no perder relevancia. Como material, se mantiene en innovación para posicionarse de una vez por todas como la única favorita del mundo.

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