Puente de Varolio: anatomía, características y funciones

El sistema nervioso está compuesto por multitud de estructuras minúsculas, pero esenciales para vivir. El puente de Varolio es una de ellas, pues gracias a esta estructura podemos realizar funciones tan básicas como mantenernos de pie o que nuestro corazón lata.
Puente de Varolio: anatomía, características y funciones
María Vélez

Escrito y verificado por la psicóloga María Vélez.

Última actualización: 14 diciembre, 2021

El puente de Varolio, también conocido como protuberancia anular o puente troncoencefálico, es una estructura del sistema nervioso central (SNC) situada en el tronco del encéfalo. Concretamente, es la región más prominente de esta estructura y su función es conectar y comunicar al mesencéfalo y al bulbo raquído.

En otras palabras, la protuberancia anular tiene como función conectar la médula espinal y el bulbo raquídeo con los hemisferios cerebrales y el cerebelo. Así, si se dañara, podría causar graves consecuencias, incluso provocar la muerte súbita o entrar en estado de coma. A continuación, se describen en profundidad su estructura, sus características y sus funciones.

Anatomía del cerebro

Anatomía del puente de Varolio

La protuberancia anular tiene la forma de un rodillo grueso colocado transversalmente y en él se distinguen dos caras: anterior y posterior. La anterior cuenta con un surco (surco basilar) dispuesto verticalmente en el centro y está formado por arterias vertebrales. La cara posterior no es visible, ya que está oculta por el cerebelo y forma parte de la fosa romboidea.

Alrededor de él se disponen los nervios  craneales. De manera concreta, en los laterales de la cara anterior emergen los nervios trigéminos (quinto par craneal), que se extienden hacia el cerebelo. Y por el surco anterior se encuentran los nervios abductores (VI), faciales (VII) y cocleares (VIII).

Su estructura se divide, funcionalmente, en dos conjuntos de núcleos: los núcleos asociados a nervios craneales y los núcleos propios, no asociados a nervios. Así, los nervios asociados a nervios craneales son los siguientes:

  • Sensitivos: núcleo pontino del trigémino, núcleo del tracto solitario, núcleos vestibulares y cocleares.
  • Motores viscerales: núcleo motor especial del trigémino, motor especial del facial y motor somático del abductor.
  • Vegetativo y motor visceral general: núcleo salivatorio superior.

Por su parte, los núcleos propios están situados en la zona ventral. A estos llegan las aferencias procedentes de la corteza cerebral y parten hacia el cerebelo. Es decir, los núcleos propios se encargan de recibir y enviar información entre la corteza cerebral y el cerebelo a través del tronco del encéfalo.

Características

El puente de Varolio, que mide aproximadamente 2,5 centímetros, se caracteriza principalmente por:

  • Es el punto de origen de fibras constitutivas. Es decir, de él emergen la mayor parte de las fibras que constituyen los pedúnculos cerebelosos medios, las cuales contienen sustancia blanca del cerebro.
  • Contiene células de Purkinje del cerebelo que descienden por el puente troncoencefálico de forma vertical hasta la médula espinal.
  • En relación con las anteriores, la protuberancia anular presenta un mecanismo de acción directa sobre el cerebelo, conectándolo con lo hemisferios cerebrales.
  • Está compuesto por neuronas y glías, aunque algunas áreas carecen de sinapsis.

Funciones

La estructura y situación del puente de Varolio hacen de este un núcleo esencial para la comunicación del sistema nervioso, su principal función. Así, se le considera tanto un centro de conducción como un centro funcional.

Por él circulan las vías sensitivas desde la médula espinal al cerebro, y viceversa. Las fibras aferentes llegan a esta región, se cruzan y parten hacia el órgano de destino. Esto quiere decir, además, que es en el puente de Varolio donde se produce el cruce de fibras que provoca que el hemisferio izquierdo controle la parte derecha del cuerpo y el hemisferio derecho la parte izquierda.

Se le considera un centro funcional porque constituye una estación de transmisión de la información. Gracias a la protuberancia se comunican diversas áreas vitales a nivel vegetativo y motor. Igualmente, tiene un papel fundamental en la coordinación automática muscular. Así, sin esta estructura o sin su correcto funcionamiento, el cuerpo no podría, por ejemplo, mantenerse en pie, cayendo inmediatamente.

Además, el puente de Varolio interviene en la expresión de emociones y sentimientos. En este caso, emociones como la alegría, la ira o la tristeza se manifiestan a través de expresiones faciales específicas. Gracias a la regulación de los nervios que pasan por la protuberancia se pueden controlar estas expresiones, aunque la mayoría de las veces se haga de forma automática.

También interviene en la percepción auditiva, del dolor, del gusto y del tacto, así como en la segregación de saliva y de lágrimas. Aunque, es pertinente recalcar que estas funciones no se desarrollan exclusivamente en esta área, sino que se combinan con otras zonas del cerebro y trabajan en conjunto.

Y, por si no fuera poco, también cumple su función en fenómenos fisiológicos: como el funcionamiento respiratorio o cardiovascular, controlando procesos como el latir del corazón. Además está implicado en la regulación de la temperatura y en la regulación de los ciclos circadianos de sueño y vigilia y, por tanto, en la consciencia.

Cabeza de la mujer con el puente de Varolio coloreado

En resumen

El puente de Varolio o protuberancia anular es una pequeña región cerebral que está implicada en grandes funciones vitales, además de servir de nexo de comunicación entre otras estructuras del sistema nervioso. Por ello, lesiones de este área podría llevar a enfermedades graves como el Síndrome de Millard-Gübler, el cual provoca hemiplejía de un lado corporal o facial. O bien el Síndrome de Foville, que además provoca parálisis de la mirada.


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