¿Para qué te he de referir a Esmiliano Escipión, que vio casi en un mismo tiempo el triunfo de su padre y el entierro de dos hermanos, y con ser mancebo, y en edad pueril, sufrió aquella repentina calamidad de su casa que cayó sobre el triunfo de Paulo, llevándola con tan grande ánimo como convenía a un varón que había nacido para que ni faltase a Roma un Escipión ni quedase en pie Cartago?» «¿Para qué te he de referir la concordia de los dos Lúculos rompida con la muerte?
Más apacible otras veces, su ilusión la presentaba mil sombras que engalanaba su imaginación pueril; y recorría entre sueños los encantados espacios de los mentidos palacios de su seductor gentil.
Fué para mí atractivo de poderoso encanto el foco siempre vivo de aquella claridad. «¿Quién velará allí tanto?» decía yo, forjándome quimeras mil, picándome pueril curiosidad.
Con la gracia
pueril de los tres años cantaba a su bebé mi compañera y a veces el paseo interrumpía para jugar del sauce con las hebras.
Vicenta Castro Cambón
Cuando sus fachadas de ladrillos intercalados y enmarcados por molduras y cantos de piedras, y cuando sus altas ventanas se encienden con los espléndidos rayos del sol del atardecer, uno siente, al contemplarlas, la misma veneración que ante un tribunal de magistrados vestidos con ropas rojas forradas de armiño y, si no fuese una pueril comparación, se podría decir que la larga mesa verde alrededor de la cual se sientan estos temibles magistrados formando un cuadrado se parece un poco a la diadema de tilos que bordea las cuatro caras de la Place Royale completando su grave armonía.
Dada esta primera idea de mi carácter
pueril e inocentón, nadie extrañará que me halle hoy en mi bufete con gana de hablar, y sin saber qué decir; empeñado en escribir para el público, y sin saber quién es el público.
Mariano José de Larra
Alega este que ignoraba lo que todos sabían sobre el espíritu dominante en oficiales y tropa; que no tenía noticia de un reciente plan de sublevación, conjurada en los momentos de estallar; y hasta era para él desconocido el hecho de que, en Guayaquil, tres capitanes del NumancH habían cambiado de bandera alistán- dose en las filas patriotas. El alegato es pueril.
Porque ¡oh miseria de las cosas humanas! La
pueril, material antipatía que el amigo desconocido le había inspirado... no había llegado a desaparecer después del infructuoso reconocimiento.
Leopoldo Alas
Se le había metido en la cabeza (porque el hombre, en empezando a transigir con ideas y sentimientos religiosos que no encuentra racionales, no para hasta la superstición más
pueril) que el gallo aquel, y no otro, era el que Esculapio, o sea Asclepies, quería que se le sacrificase.
Leopoldo Alas
La voz, el ademán y el vestido eran iguales en las dos: Me saludaron con esa unción un poco rancia de las señoras devotas: Las dos sonreían con una sonrisa pueril y meliflua que parecía extenderse en la sombra mística de las mantillas sujetas al peinado con grandes alfilerones de azabache.
(158) Y tomando entre sus manos Su peregrina cabeza Contemplaba su belleza Con alegria infantil: Y estático en sus hechizos El purísimo reflejo De sus ojos le era espejo De su sonrisa pueril.
colón y su epopeya exigen homenaje mejor que versos míos así tan a granel: hasta Colón no alcanza la petulancia cursi, ni la pueril soberbia, ni mi senil chochez.