Los 16 documentos que cambiaron a la Iglesia Católica

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 AFP 163
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El Concilio Vaticano II emanó 16 documentos, que van desde la celebración de la misa en las lenguas vernáculas a la reconciliación con los judíos, al cancelar la acusación histórica de deicidio, o precisar el papel de los laicos en el mundo.

Los Padres Conciliares, como se conoce a los obispos que asistieron a ese evento del que se cumple mañana 50 años, aprobaron cuatro constituciones (actos legislativos emanados del Papa para dar disposiciones de carácter general y permanente); tres declaraciones (aclaraciones sobre un tema particular), y nueve decretos (decisiones con carácter normativo).

Las constituciones son: "Lumen Gentium", sobre la Iglesia; Dei Verbum", sobre la revelación Divina; "Gaudium et Spes", sobre la Iglesia en el mundo actual; y "Sacrosanctum Concilium", sobre la Sagrada Liturgia.

Con "Gaudium et Spes" se pasaba de una Iglesia encerrada en sí misma a una libre y sin teocracias, que se siente parte del mundo y se abre a sus problemas.

La "Lumen Gentium" proclamaba a la Iglesia como el pueblo de Dios, integrado por cristianos responsables y solidarios.

La "Sacrosanctum Concilium" relegaba las misas en latín, hasta entonces celebradas por un sacerdote de espaldas a los feligreses.

En 2007, Benedicto XVI para lograr cerrar el cisma abierto en 1988 por el arzobispo tradicionalista francés Marcel Lefebreve, autorizó de nuevo la celebración de la misa en latín y que el sacerdote pudiera oficiar de espalda a los fieles. Él mismo, en un par de ocasiones, ha celebrado a la vieja usanza.

Las declaraciones son: "Dignitatis Humanae", sobre la libertad religiosa; "Gravissimum Educationis", sobre la educación cristiana; y "Nostra Aetates", que puso en marcha un nuevo diálogo con las religiones no cristianas y, sobre todo, con los judíos al cancelar la acusación histórica de deicidio.

Los decretos fueron: "Christus Dominus", sobre los obispos; "Apostolicam Actuositatem", sobre los laicos; "Ad Gentes", sobre la actividad misionera de la Iglesia; "Inter Mirifica", sobre los medios de comunicación social.

Además de "Orientalium Ecclesiarum", sobre los iglesias orientales católicas; "Unitatis Redintegratio", sobre el ecumenismo; "Prefectae Caritatis", sobre la renovación de la vida religiosa; "Presbyterorum Ordinis", sobre los presbíteros; y "Optatam Totius", sobre la formación sacerdotal.

El Concilio Vaticano II concluyó con un mensaje a la humanidad, en el que los padres conciliares pidieron por la paz y la salvación de los hombres.

Recordando ese hecho, mañana, el papa Benedicto XVI en la misa con la abrirá el Año de la Fe entregará mensajes similares a personalidades de la política, la ciencia, el mundo del trabajo, artistas, mujeres, pobres, enfermos y jóvenes.

Uno de los que recibirán el mensaje será el minero chileno Luis Alberto Urzua Iribarrem, que permaneció atrapado junto a 32 compañeros durante más de dos meses a 700 metros de profundidad en la mina San José, en el desierto chileno de Atacama.

Urzua Iribarrem fue el primero que comunicó con el exterior y el último que abandonó la mina.

También lo recibirá la periodista mexicana Valentina Alazraki, que ha cubierto los viajes por el mundo de Juan Pablo I.