Absolución sacramental

Desde el punto de vista de la religión cristiana la absolución sacramental, consiste en el perdón de los pecados y el levantamiento de las censuras impuestas por la iglesia, concedido por el sacerdote en el sacramento de la penitencia. El penitente antes de obtener la absolución, debe cumplir con el sacramento de confesión y luego el de penitencia.

La iglesia tiene la facultad de redimir los pecados en virtud de las palabras de Jesús, y lo tiene sin ninguna clase de restricción. El sacerdote confesor es el encargado de realizar el acto de la absolución sacramental, luego de imponer la penitencia al que se confiesa. En ese momento el sacerdote levanta la mano y dice “yo te absuelvo de tus pecados, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.
Estas palabras no representan tan solo una simple expresión para perdonar pecados, sino que es una sentencia para redimir pecados en nombre de la autoridad del que está revestido el sacerdote, es decir, que las palabras de la absolución originan el efecto que expresa su significado, ya que Jesús concedió a los apóstoles el poder de perdonar los pecados cuando les dijo “a quienes perdonareis los pecados, les serán perdonados.”
Jesucristo se dirige a sus apóstoles como jefes de la iglesia y como pastores, y como los sacerdotes son pastores, tienen el poder permanente de perdonar los pecados desde el mismo momento en que reciben el sacerdocio.
Los sacerdotes son los únicos autorizados para conceder la absolución sacramental.