13 Que cualquiera que participa de la leche, es inhábil para la palabra de la justicia, porque es niño; 14 Mas la vianda firme es para los perfectos, para los que por la costumbre tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.
14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor: 15 Mirando bien que ninguno se aparte de la gracia de Dios, que ninguna raíz de amargura brotando os impida, y por ella muchos sean contaminados; 16 Que ninguno sea fornicario, ó profano, como Esaú, que por una vianda vendió su primogenitura.
5 Y Jonadab le dijo: Acuéstate en tu cama, y finge que estás enfermo; y cuando tu padre viniere á visitarte, dile: Ruégote que venga mi hermana Thamar, para que me conforte con alguna comida, y aderece delante de mí alguna vianda, para que viendo yo, la coma de su mano.
30 No habían quitado de sí su deseo, Aun estaba su vianda en su boca, 31 Cuando vino sobre ellos el furor de Dios, Y mató los más robustos de ellos, Y derribo los escogidos de Israel.
8 Si bien la vianda no nos hace más aceptos á Dios: porque ni que comamos, seremos más ricos; ni que no comamos, seremos más pobres.
17 Los insensatos, á causa del camino de su rebelión Y á causa de sus maldades, fueron afligidos. 18 Su alma abominó toda vianda, Y llegaron hasta las puertas de la muerte.
Los ojos fijos en el fiambre, certificaban que Barsut le daba más importancia a su
vianda que a Erdosain, detenido a tres pasos de allí.
Roberto Arlt
33 Ni a ti quiso callar, faisán, que fuiste vianda inocente al padre, ya la tía venganza tragediosa, pues moriste para la mesa del señor tardía.
Cuando el sol mueve el inflamado carro por dar sitio a la noche en que descuelga la sombra entre los montes fría y lenta, el labrador avaro el útil cuelga, y con letrilla y son rudo y bizarro todo cuidado de su pecho ahuyenta; y a la mesa presenta vianda pobre y compota, igual a esa bellota que el mundo ensalza hoy huyendo ahora.
¡Con la feliz confortadora vianda que al humano viajero un Dios piadoso desde el cielo manda para que emprenda el viaje postrimero!
Viéndose felizmente señores de esta flota hallaron muy pocas vituallas dentro, con que mataron algunos de sus caballos y los salaron con sal que por fortuna tenían los leñadores consigo, con cuya vianda se sustentaron hasta que hallaron otra mejor.
El viajero se esperezó, miró sonriendo al acicalado oficialito, y levantándose dijo: -Acepto el convite. Así como así, no me vendrá mal regalar el estómago con
vianda como la que humea en esa mesa.
Ricardo Palma