Llegó hasta él el son de la campana que el alba anuncia y a asistir convoca a su misa temprana, y las pisadas rápidas o graves de vecinos asaz madrugadores, ya siervos, ya señores, que abriendo puertas y volviendo llaves, cumpliendo su destino o sus placeres, iban a sus recreos o quehaceres.
Llegó hasta él el son de la campana que el alba anuncia, y a asistir convoca a la misa temprana, y las pisadas rápidas o graves de vecinos asaz madrugadores que abriendo puertas y volviendo llaves, ya siervos, ya señores, iban a sus recreos o quehaceres, cumpliendo su destino o sus placeres.
Los amos tienen almacenes con todo lo necesario para vivir largo tiempo, hasta que los esclavos diezmados por el hambre vuelvan a reanudar sus tareas para llevar a los almacenes lo que sus amos han consumido durante el paro; los amos tienen automóviles para ir a donde les plazca y dejar a sus
siervos desobedientes con un palmo de narices en la disyuntiva de reventar de hambre en pocas horas o de reventar de fatiga en algunos días; los amos se ríen de las huelgas porque el mayor daño que pueden recibir es paralizar el aumento de sus riquezas por un cierto tiempo, para resarcirse con creces al volver sus explotados arrepentidos y escarmentados; los amos son invulnerables a la miserable arma de la huelga.
Práxedis G. Guerrero
Sus crueldades aterraban la comarca; en los calabozos gemía toda una multitud de desgraciados; de las horcas del castillo colgaban los
siervos en racimos.
Tomás Carrasquilla
Bárbara crueldad del despotismo, enemigo de Dios y de los hombres, y que sólo aspira a tener a éstos como manada de siervos viles, destinados a satisfacer su orgullo, sus caprichos, su ambición y sus pasiones!
Las puertas vió de su alcazar Para recibirle abiertas, Mas nadie salió á sus puertas Para darle el parabien. Y los siervos y las damas Que dejó en él, en su ausencia Esquivaron su presencia Cual de su gloria en desden.
No era probable que escapara a ello una beldad mimada, halagada y querida como la princesa Vávara, pero lo cierto es que el príncipe, su padre, nada sabía de tales calumnias, y para él era suficiente pensar que su hija -la heredera de una docena de propiedades y cien mil siervos- era inmaculada par nécessité, si no por elección.
Y el rey con noticia tal Zeloso de la princesa, La dió iracundo por presa En su misma estancia real. Damas quitóla y donceles, Y no escusando cautelas, La señaló centinelas Entre sus siervos mas fieles.
Lanzóse por él el conde Por un instinto guiado Cruzó el corredor aislado Y al oratorio llegó: Abrió la puerta con ímpetu Y al tender dentro los ojos Entorno al altar de hinojos A sus siervos encontró.
Para llenar graneros que no son suyos; para amontonar subsistencias que se pudren en espera de una carestía, mientras el labrador y su familia apenas comen; para adquirir deudas que lo atan a los pies del amo, deudas que pasarán sobre las generaciones de sus descendientes; para poder vegetar unos cuantos años y producir
siervos que labren cuando él muera los campos que consumieron su vida y dar a la bestialidad de sus explotadores algunos juguetes femeninos.
Práxedis G. Guerrero
Pero más vale así, ¡que callen! ellos, los apocados, los dúctiles, los
siervos por idiosincracia no pueden protestar. Sus cerebros son invernaderos de flores cortesanas que al extenderse sobre el lecho del Sibarita tienen cuidado de no formar ni un pliegue que moleste.
Práxedis G. Guerrero
La crítica de los disidentes contra el ejido nos obliga a advertir que el gobierno continuará su política de dotación de tierras a los pueblos, con la organización agrícola y refaccionarniento del ejido, pues desea lograr desde luego una producción eficiente y abundante para las necesidades y evolución de nuestro pueblo y contestar así a las objeciones de los enemigos, que aseguran la incapacidad de los campesinos para unafunción de verdaderos productores, cuando es lo único que representaron como siervos y es lógico que lo sepan representar mejor como hombres libres.