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Bogotá

Lo bueno de que llueva tanto en Bogotá y en la región

La lluvia, en niveles normales, revitaliza el paisaje vegetal urbano y permite regular las temperaturas, que, en últimas, juegan un papel importante en la concentración de la contaminación.

La lluvia, en niveles normales, revitaliza el paisaje vegetal urbano y permite regular las temperaturas, que, en últimas, juegan un papel importante en la concentración de la contaminación.

Foto:Ana Puentes

Aunque la temporada invernal ha causado desastres, cabe recordar que es un proceso natural.

Los fuertes aguaceros en el 90 % de Bogotá tienen agobiados a ciudadanos y a los organismos de emergencia que han atendido más de 586 eventos en 370 barrios. Tan solo el Jardín Botánico de Bogotá (JBB) calcula que tres árboles se desploman cada día por causas relacionadas con la temporada invernal.
En el último mes han caído hasta 150 mm (o 150 litros de agua por metro cuadrado) en sectores de San Cristóbal, Chapinero y Engativá, generando toda clase de problemas en vías y propiedades.
La lista de cifras y complicaciones podría seguir hasta finales de mayo, cuando se espera que finalice esta primera época de lluvias. Sin embargo, climatólogos, biólogos y comunidades con bajo acceso al agua ven con buenos ojos estos episodios. “La lluvia es parte del ciclo hidrológico, algo vital para el mantenimiento de todas las formas de vida”, afirma Slendy Rodríguez, de la subdirección científica del JBB.
EL TIEMPO consultó con expertos y reunió cinco beneficios o razones para sonreírle a la lluvia en estos días grises.

1. Limpia el aire

“En su caída hasta la tierra, las gotas atrapan polen, microorganismos y polución y la llevan hasta el suelo, permitiendo un lavado de atmósfera”, asegura Jesús Rangel, Ph. D. en Biología de la Universidad de Ámsterdam.
Si bien es cierto que los contaminantes quedan en el suelo y en el agua, es allí donde son menos perjudiciales y más fáciles de evacuar. Y, aunque no se puede confiar siempre a un aguacero la mejora de la calidad del aire en Bogotá, sí es una buena ayuda.
Mauricio González, experto en calidad del aire, agrega que, precisamente, la concentración de contaminantes está directamente relacionada con la temperatura y la precipitación. Según él, a mayores temperaturas y episodios de sol, hay más polución; con las lluvias, ocurriría el efecto contrario. Algo beneficioso para los bogotanos.

2. Recarga las reservas

La lluvia en la región mantiene los embalses a niveles óptimos para abastecer la ciudad. Pero más allá de eso, Benjamín Quesada, climatólogo y profesor de Ciencias del Sistema Tierra de la Universidad del Rosario, asegura que en países en vías de desarrollo como Colombia, los niveles óptimos de lluvia tienen una fuerte relación con el PIB. “Las precipitaciones mantienen los cultivos y la seguridad alimentaria”, apunta, y agrega que no se puede desconocer que la generación de electricidad es muy sensible a cualquier baja de embalses.

3. Recupera ecosistemas

“La lluvia ayuda a promover el crecimiento del banco de semillas del suelo, por lo cual llega a ser clave en la generación rápida de cobertura vegetal. Esto a su vez promueve el ciclaje de nutrientes, la actividad de edafofauna y en general mayor actividad biológica, mayor cantidad de materia orgánica, que ayuda al aumento de la fertilidad del suelo, entre otros”, detalla Rodríguez, investigadora del JBB.
Además, Rodríguez asegura que la llovizna es benéfica para el arbolado urbano debido a que tiene más oxígeno y nutrientes naturales. “Así arrastre polución, esta no va en niveles tan altos como para ser dañina”, aclara.
Rangel, por su parte, considera que el consecuente reverdecimiento y revitalización de ecosistemas como los humedales “los hace visibles e incentiva su protección”.

4. Da pistas de errores

González, también profesor de la Universidad Javeriana, explica que emergencias como deslizamientos e inundaciones les muestran a las autoridades fallas por corregir. “El agua retoma su lugar natural y, desafortunadamente, las tragedias en invasiones en la ciudad dan cuenta de aspectos por corregir en términos de planeación”.
Rangel lo respalda: “La lluvia es un beneficio desde todo punto de vista. Lo adverso surge por deficiencias de gestión, por incumplimiento de normas mínimas, por ejemplo, permitir asentamientos en zonas de riesgo”.
Respecto a la planeación, Juan Villegas, Ph. D. en Ecohidrología y profesor de la Universidad de Antioquia, reconoce que el error podría estar en que “se han creado ciudades de cemento corriente e impermeable, en el que el agua no se filtra, sino que escurre y crea ríos de agua en las calles. También se ha deforestado y construido sobre las montañas”. Entre las soluciones urbanísticas, considera clave repensar la forma de ocupación del territorio y contemplar la posibilidad de tener menos asfalto y más zonas verdes o de expandir el uso de pavimento permeable, que permite la filtración controlada del agua al suelo.

5. Permite reciclar

Algunas familias, por iniciativa propia, recogen el agua lluvia para emplearla en riego de jardines y aseo. En Bogotá, uno de los casos más famosos es el de Peter Preminger, dueño de Casa Rústica, quien adaptó las tuberías para que la lluvia se transportara desde su techo hasta sus plantas.
Pero en 82 municipios de Cundinamarca hay un ejercicio mucho más tecnificado y masivo. Lluvia para la vida es un programa de la CAR que busca capacitar a familias en zonas con dificultad media y alta de acceso al agua para recolectar y reutilizar las precipitaciones en actividades agropecuarias y domésticas.
A las familias que se capaciten y se vinculen al programa se les entrega un sistema de recolección compuesto de canaletas, filtros, tuberías y tanques. Entre 2014 y este año, se han vinculado 5.217 familias y se han captado 322.644 metros cúbicos de lluvia o el equivalente a lo que cargarían 32.264 carrotanques de 10 metros cúbicos. Esto le ha ahorrado a las administraciones casi $ 13.000 millones.
"Gracias al programa, hemos logrado que las escuelas que debían cerrar algunos días por las temporadas secas puedan continuar operaciones. Este es un proyecto que permite un uso del recurso a familias en zonas vulnerables sin que tengan que agotar el agua potable", explica Martha Carrillo, Directora de Cultura Ambiental y Servicio al Ciudadano CAR Cundinamarca.
El reciclaje de lluvia representa menos presión y demanda sobre el agua potable. También es una oportunidad de acceso al recurso para familias en zonas vulnerables.

El reciclaje de lluvia representa menos presión y demanda sobre el agua potable. También es una oportunidad de acceso al recurso para familias en zonas vulnerables.

Foto:Cortesía CAR Cundinamarca

Así, si se mira por el lado bueno, la lluvia de abril podría ser una buena noticia para la ciudad.

¿Qué tal estos otros curiosos beneficios?

Un estudio de la Universidad de los Andes demostró que las temperaturas y precipitaciones influyen de manera directa en el rendimiento laboral. Para probarlo, se cruzaron datos económicos de la Encuesta Anual Manufacturera con información climática del Ideam. Los resultados demostraron que hay un efecto negativo de las temperaturas cálidas y un efecto positivo de las precipitaciones en los niveles de producción.
Y que la lluvia ayuda a dormir no es un mito. El sonido que produce es conocido en la ciencia como ruido rosa, el cual, según una investigación publicada en la revista científica Neuron, permite mejor descanso y fortalece la memoria en el día.
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