La integración entre el deber y la espontaneidad es la esencia de la libertad, lo cual solamente es posible si cada persona siente a los demás como parte de si mismo. De allí la importancia del afecto como aspecto fundamental de una nueva sociedad, en la que predomine el libre compromiso con la comunidad. El afecto, como la electricidad, tiene causas que lo producen y eso es lo que se requiere hacer para promover la transformación social. Los niños que desde la casa y la escuela realicen acciones a favor de la comunidad sentirán a su país y a su mundo como parte de si mismos. No podrán abusar de lo que aman.