EE.UU.: la purga real y la de ficción
La última matanza que sacude a Estados Unidos, en la que un joven blanco asesinó a nueve personas de raza negra en una Iglesia de Charleston (Carolina del Sur), evoca una controvertida película estadounidense, estrenada en 2013, titulada "La Purga". Siempre se ha dicho que la realidad supera a la ficción. La frase adquiere una inquietante vigencia cuando se confrontan los asesinatos que tienen lugar cada tanto en Estados Unidos con los que muestra Hollywood en sus películas.Y hasta se tiene la tentación de considerar que muchas historias reales de pistoleros lunáticos disparando a mansalva sobre inocentes, una especie de formato estadounidense, se inspiran en realidad en el cine.¿La industria cinematográfica se inspira en la vida real, o es al revés? De hecho forma parte de un tema de discusión permanente si Hollywood tiene alguna responsabilidad en los actos de violencia que sacuden al país.La tragedia de Charleston tiene todos los condimentos de índole idiosincrático: un joven blanco supremacista, Dylan Roof, protagoniza una matanza racista. Ya apresado, trascienden sus intenciones: limpiar la sociedad de elementos indeseados.Cuentan que una de las víctimas intentó razonar con él durante el ataque perpetrado en la iglesia de la comunidad afroamericana. Pero "él dijo 'no, ustedes han violado a nuestras mujeres y están tomando el país. Debo hacer lo que hay que hacer'", relató.El episodio de sangre se inscribe dentro de una estadística tenebrosa: cada día 300 personas mueren en Estados Unidos en sucesos protagonizados por personas armadas. Muchos creen que la permisividad hacia la tenencia de armas agrava el auge de la criminalidad.El uso de las armas para que se canalice el odio hacia los extraños, a modo de limpieza étnica y social, está presente en la narrativa de ficción estadounidense, como es el caso de "La Purga", un film distópico.Escrita y dirigida por James DeMonaco la película relata que en el futuro, en el año 2022, el grupo dominante de Estados Unidos encuentra una solución radical a la ola de inseguridad que azota al país.Instituye así un período anual de 12 horas llamado 'la purga', en el que toda actividad criminal (como el asesinato, el robo y la violación) se convierte en legal. Es decir, en una noche cada año se puede realizar cualquier crimen sin que por ello haya consecuencias penales.La sangría nocturna cumple una función de catarsis, según los ideólogos del régimen, quienes la justifican de este modo: dado que somos una especie inherentemente violenta, se trata de liberar lo que llevamos dentro.La depuración no sólo reduce la violencia en una noche especial, produce también "estabilidad social". La medida se propagandiza en estos términos: "Liberen a las bestias y devoren las calles del país".Pero el director del film, James DeMonaco, va más allá en la película. Pone en boca de un criminólogo esta inquietante pregunta: "¿La depuración realmente consiste en liberar agresividad y contener la violencia o consiste en algo más?".Y añade: "Sus detractores suelen postular que el verdadero propósito de esta noche es eliminar a los pobres, los necesitados, los enfermos, a los incapaces de defenderse".Hay una extraña afinidad entre la tragedia de Charleston y el argumento de la película: también Dylan Roof, molesto por los elementos que él considera indeseados, hace su propia catarsis.También él da rienda suelta a su instinto de agresión, y se lanza mesiánicamente a purificar el país, a través de una sangría colectiva.
ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios
Este contenido no está abierto a comentarios