La imagen de los pilotos en las películas es la de un hombre apuesto, seguro, con mujeres a su alrededor y un BMW en su cochera, la realidad es muy distinta. La carrera de piloto comercial es una de las más estresantes por el grado de responsabilidad y conocimientos técnicos que requiere volar un avión, además de los efectos a la salud que ocasionan los múltiples cambios de horario.

Si bien aún hay interés por estudiar esta carrera, su alto costo y la falta de una universidad pública que imparta esta profesión puede ocasionar un déficit de pilotos en el país.

“El crecimiento de las aerolíneas va a demandar, según nuestras estimaciones, de 2 mil 500 a 3 mil 600 pilotos en los próximos cinco años”, mencionó Víctor Hernández, director general de Asteca Escuela de Aviación.

“Si consideramos que anualmente egresan alrededor de 400 pilotos, va a haber déficit de pilotos en el mediano plazo, así que nos pudiéramos enfrentar a un escenario que ocurrió en otros países, donde se han retrasado pedidos de aviones y apertura de nuevas rutas por falta de pilotos”, agregó.

De Asteca Escuela de Aviación egresan alrededor de 20 pilotos cada año.

El costo de la carrera de piloto comercial depende de cada escuela, pero va desde 450 mil pesos hasta 600 mil pesos, en año y medio.

En Asteca Escuela de Aviación, los alumnos pueden elegir una modalidad de estudio donde se paga la teoría y las horas de vuelo en una sola mensualidad de 46 mil 300 pesos.

En otra modalidad, la teoría y las horas de vuelo se pagan por separado, en ese esquema las mensualidades quedan en 3 mil 700 pesos, pero cada hora de vuelo cuesta 3 mil 500 pesos en un avión monomotor.

Para obtener la licencia de piloto comercial se debe estudiar teoría durante año y medio, más 130 horas en avión monomotor y 10 horas en avión bimotor.

“Muchos jóvenes con la vocación no pueden estudiar por el costo que implica. En el pasado había una institución, el Centro Internacional de Adiestramiento de Aviación Civil (CIAAC) que funcionaba para la formación de pilotos con fondos del gobierno y de la ONU, en la actualidad la única opción para alguien que no puede pagarse las horas de vuelo es entrar a la Fuerza Aérea”, indicó Hernández.

La Escuela de Aviación México indicó que la carrera es costosa porque el precio de los aviones, el servicio de mantenimiento y el combustible que se requiere para capacitar a los pilotos están en dólares.

El CIAAC

En 1961, se creó el Centro Internacional de Adiestramiento de Aviación Civil (CIAAC) bajo el mando de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), el cual impartía la carrera de piloto comercial de manera pública, hasta mediados de los 80.

El Centro contaba con apoyo de la Organización de Aviación Civil Internacional a través de recursos financieros, asistencia técnica, instructores y asesores; mientras que México aportó las instalaciones, equipo de vuelo, material, herramienta, personal docente y administrativo.

El CIAAC estaba ubicado en la antigua fábrica de aviones Azcárate que ocupaba la Fuerza Aérea Mexicana, al sur del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

En 1976, en el centro se impartían cursos regulares de Comunicaciones, Control de Tránsito Aéreo, Mantenimiento de Equipos Electrónicos, Mantenimiento de Helicópteros y Motores, Meteorología, Despacho y Piloto Aviador Comercial, entre otros.

En 1979, el CIAAC se trasladó a la Base Aérea Militar Número 1 de Santa Lucía, en el Estado de México, pero la crisis económica de 1982 debilitó al instituto y a mediados de los 80 dejó de ofrecer la carrera de piloto comercial.

Actualmente, el Centro imparte los cursos de Controlador de Tránsito Aéreo, Técnico en Mantenimiento de Equipos Electrónicos, Técnico en Mantenimiento de Aeronaves y Oficial de Operaciones Aeronáuticas, entre otros.

La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) de la SCT ha hecho un análisis sobre el CIAAC y el futuro de la formación de personal técnico aeronáutico, para evaluar la posibilidad de inyectarle recursos financieros que permitan ampliar su capacidad. En tanto, los interesados en estudiar dicha carrera deben acudir a las escuelas privadas.

De acuerdo con la DGCA, existen 162 Centros de Capacitación Aeronáutica en el país, pero no todos ofrecen la carrera de piloto comercial.

“Como escuela, lo que percibimos es que no hay apoyo del gobierno, ya sea en forma de incentivos fiscales o convenios. Por ejemplo, comprar aviones nuevos es tremendamente complicado, por lo que la mayoría de las escuelas funciona con aviones de segunda mano de mas de 20 años de edad”, agregó Hernández.

Fuga de talento

El secretario de Asuntos Técnicos y del Exterior de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA), Francisco Ortigoza, dijo que con la cantidad de egresados cada año de las escuelas privadas todavía se alcanza a cubrir la demanda de pilotos en el país, pero el problema son los que emigran a otras naciones en busca de mejores oportunidades laborales.

El año pasado hicieron el examen para obtener la licencia de piloto comercial 503 aviadores, y en el primer semestre del año fueron 261, de acuerdo con la ASPA. “El problema son los que se van”, reiteró Ortigoza.

El crecimiento acelerado de las aerolíneas en China y Medio Oriente ha desatado una fuga de talento en varios países, incluido México.

De acuerdo con un estudio de Boeing, entre 2015 y 2034 se van a requerir 558 mil pilotos en el mundo, 41% de ellos en Asia; 17% en Europa; 17% en Estados Unidos y Canadá, y 11% en Medio Oriente.

La ASPA indicó que cada semana recibe de 15 a 20 ofertas de trabajo para pilotos que deseen irse a trabajar a China. En Emiratos Árabes, las aerolíneas Etihad, Qatar y Emirates, también están ofreciendo empleo.

En Sudamérica, Chile, Perú y Colombia también están contratando pilotos; además de Nigeria, Turquía, Singapur, Indonesia, India, Vietnam y Turquía.

De acuerdo con estimaciones de la asociación sindical, un piloto mexicano gana entre 30% y 35% del promedio a nivel mundial, que es de 12 mil dólares mensuales; sin embargo, en algunas naciones, pueden percibir hasta 17 mil dólares mensualmente.

La ASPA aseguró que la carrera aún es atractiva, pero la fuga de talento no se puede cubrir porque los sueldos y la calidad de vida en el extranjero no son comparables.

“Ser piloto dejó de ser sexy, son jornadas de vuelo muy largas con consecuencias sociales muy fuertes en la familia, fatiga, cambios de horario, de alimentación”, reconoció Ortigoza.

“Tenemos que buscar la forma de volver a hacer la profesión sexy, no sólo la de piloto sino la de controlador aéreo y mecánico, son profesiones de altísima especialización y hay que darle el peso específico ante la juventud”, concluyó el funcionario de la ASPA.

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