Moda

Raíces de la moda: La historia del huipil mexicano

Un textil que data de tiempos precolombinos, el huipil está cargado de historia, de simbolismos y de belleza.
ilustración de huipil multicolor
Huipil multicolorIlustración @nellaartt Antonella Andrade

Nota del editor: Este texto sobre el huipil incluye citas que datan del siglo XVI, cuya redacción y ortografía fueron replicadas sin alteraciones


El huipil, del náhuatl ‘huipilli’, es un tipo de camisa o vestido típico de los indígenas mexicanos y centroamericanos bordado generalmente con motivos florales y geométricos. Así quedó impreso en documentos del Archivo General de Indias de Sevilla, donde se describen pueblos mexicanos correspondientes a distintas áreas geográficas del territorio que en el siglo XVI comprendía el virreinato de la Nueva España. 

En uno de estos documentos se menciona el huipil al hablar del vestido de las mujeres indígenas, que ‘andan bestidas de camisas de la tierra que en su lengua llaman huipiles’. Para poder describir los descubrimientos realizados en estos viajes a las autoridades que financiaban sus excursiones con precisión, los europeos mezclaban términos de las lenguas indígenas con su discurso, introduciendo nuevas palabras al español. ‘En el ejemplo anterior el término huipil queda relegado ante la voz patrimonial camisa, que va seguida por la marca geográfica ‘de la tierra’ para diferenciar esta prenda de la que era propia del atuendo español’, así lo explican Antonio Pedrote Romero y Eva Bravo-García en su artículo, ‘La designación de la indumentaria en las relaciones geográficas mexicanas a través del léxico náhuatl’, publicado en la Revista Española de Antropología Americana publicada en 2018.

Huipil tradicional de colección privada.

Cortesía El Museo de Antropología de Xalapa

Otras descripciones encontradas por Pedrote y Bravo-García en el Archivo General de Indias de Sevilla definían el huipil como ‘vn bestido que entre ellos se llama guaipil que allegaua poco ensima de las rrodillas con el qual quedan cubiertas las indias desde el pescueso hasta los pies’. Hoy sabemos que la carga histórica y cultural del huipil es mucho más rica que un simple vestido que cubre el cuerpo femenino desde el pescuezo hasta los pies.

El huipil cuenta la historia de México

Había un dicho en tiempos de la conquista: indio vestido, indio conquistado. En muchas partes de América Latina esa conquista no se dio, permitiendo que se mantuviera dentro del lienzo que es la tela del vestido indígena, su cultura impresa. O bordada. Según Marcella Echavarría, consultora de branding y storytelling de marcas que quieren trabajar con comunidades indígenas, en el Huipil hay una serie de códigos y textos que cuentan la historia de México.

‘Los textiles han servido como texto de expresión antes de la escritura, hay muchos niveles de comunicación en el textil', explica Echavarría a Vogue. ‘Hay unos [textiles] que mantienen esos códigos encriptados, muy geométricos, con brocados, brocados de sombra, bordados. Pero hay unos que han adoptado temas de la vestimenta europea en el huipil, como rosas, que no eran típicas de tiempos precolombinos, creando un sincretismo cultural (…) Ésta no es una prenda estática’. 

La modelo Sara Esparza con huipil en rosa mexicano y pantalones verde esmeralda

Fotografía tomada con HUAWEI P30 PRO

No hay desperdicios en la producción de un huipil

El huipil se fabrica con un telar de cintura, una maquinaria que data de 1500 años antes de Cristo, con la particularidad de que el ancho de la tela va a corresponder al ancho del telar, regularmente entre 30 y 40 centímetros de ancho, y por eso nunca hay desperdicio, porque solo se fabrica la tela que se va a utilizar, es un proceso completamente circular. Éste además suele ser el resultado de algodones que las mismas comunidades cultivan, o sedas que ellos mismos tratan.

‘El huipil es una prenda preciosa, con una gran variedad de representaciones en México’, explica Cándida Fernández, directora de Fomento Cultural Banamex. ‘Hay zonas de huipil largo, de huipil corto, está el Quexquémitl (rómbico, imagen abajo), y todas combinan variedad de técnicas, materiales. En los tiempos prehispánicos los huipiles eran de algodón y yute, y en la etapa virreinal se incorporaron la lana y la seda y le dieron una gran riqueza a las prendas’. 

Quexquémitl exhibido en la exposición “Grandes Maestros del Arte Popular Mexicano. Colección Fomento Cultural Banamex. 20 años” en el Palacio de Cultura Citibanamex – Palacio de Iturbide, Ciudad de México

Vicky_Reyes

Según Donald y Dorothy Cordy existen hasta once formas de huipiles. Así lo ilustraron en su libro ‘Vestidos Indígenas Mexicanos’, publicado por la Universidad de Texas en 1968. Marta Turok,​​​ antropóloga y curadora de la colección de arte popular del Museo Franz Mayer, dice que para entender el huipil, más que prestar atención a las variaciones de forma, aunque es importante, hay que entender el concepto: ‘es una tela doblada a la mitad, con un orificio para la cabeza y -generalmente- se cosen los costados hasta debajo de la cisa’, explica, ‘entonces es un rectángulo o cuadrado. Lo segundo que hay que entender es que hay diversos largos, puede ser de un lienzo que llega hasta arribita del ombligo, y de hasta tres lienzos, llegando hasta el tobillo. Todo eso es el huipil en México, la razón del porqué es una pieza modular, que se construye a partir de lienzos, es por la limitante que tiene el telar de cintura, que solo puede producir piezas de 30, 40 centímetros de ancho’.

El huipil es considerado un regalo de las diosas

Huipil es un nombre genérico, derivado, como ya establecimos antes, del náhuatl ‘huipilli’, porque quienes acompañan a los españoles en la conquista son los tlaxcaltecas y ellos hablaban esta lengua, pero en México hay más de 60 grupos de idiomas y 300 variaciones dentro de esos idiomas, y donde todavía sobrevive el huipil, porque se ha perdido en muchos lados, cada grupo étnico le da un nombre en su propio idioma, continúa explicando Turok, ‘en Yucatán le dicen ‘hipil’, por ejemplo, entonces hay que entender que detrás del nombre ‘huipil’ hay decenas de nombres locales’.

El huipil es importante para Turok no solo por su valor estético, sino por lo que representa: ‘es resistencia cultural. Sigue teniendo importancia para los grupos que lo crean y lo usan, y es un marcador de edad, en algunas culturas las niñas se visten diferentes a las jóvenes, las solteras se visten distinto a las casadas’. Turok explica que los huipiles ceremoniales suelen ser más complejos, con una simbología más pronunciada, que usan durante las fiestas. ‘En muchas de las comunidades la virgen usa huipil, y esto tiene que ver con que es considerado un regalo de las diosas, original de la época prehispánica, son las diosas las que le enseñan a tejer a sus hijas terrenales y en el aprender a tejer está implícita la pieza del huipil [demos una pausa para apreciar la belleza de esta metáfora… Continuemos]. Entonces hay aspectos no solo de valor material, sino aspectos profundamente cosmogónicos y de mitos de creación del mundo, de por qué las cosas son como son’.

Fernández cree que la belleza y la variedad del huipil es de destacar, no solo sobre otras piezas de vestido tradicional mexicano, sino sobre piezas de todo el continente. En la exposición ‘El arte de la indumentaria y la moda en México, 1940-2015’, dirigida por Fernández, se encontraron en un mismo espacio, vestidos tradicionales mexicanos, entre ellos una rica colección de huipiles con diseños contemporáneos. En el tono de Fernández al describir la exposición se nota que la verdadera estrella, para ella, fueron los huipiles, por su hermosura y cualidad atemporal. 

Huipiles en la exposición ‘Grandes Maestros del Arte Popular Mexicano. Colección Fomento Cultural Banamex. 20 años’ en el Palacio de Cultura Citibanamex – Palacio de Iturbide, Ciudad de México

Vicky_Reyes

La gran paradoja del huipil

‘Los grandes museos en el mundo, de diez, u ocho años para acá, han incrementado mucho las exposiciones de moda, y [son] cada vez más grandes y más ambiciosas’, explica Fernández en un video que da el recorrido por la exposición, abierta en 2016. La primera de su tipo en México, esta exposición buscaba ser incluyente y reflejar la realidad mexicana, que es, en palabras de Fernández ‘pluricultural, y que convive todos los días lo indígena, lo mestizo y lo cosmopolita, y era un pretexto perfecto para dignificar la indumentaria indígena como una indumentaria bella y que dentro de las comunidades sufre los embates, los gustos y lo que en el argot de moda se llama tendencias’.

‘El arte de la indumentaria y la moda en México, 1940-2015’ ha sido la más visitada en la historia de Fomento Cultural Banamex.

Huipiles en la exposición ‘Grandes Maestros del Arte Popular Mexicano. Colección Fomento Cultural Banamex. 20 años’ en el Palacio de Cultura Citibanamex – Palacio de Iturbide, Ciudad de México

Vicky_Reyes

La gran paradoja de los huipiles, y muchos trabajos artesanales indígenas para dar vida a ésta y otras prendas típicas como el rebozo por ejemplo, cuando quieren ser producidos y vendidos por grandes marcas como partes de sus colecciones, tanto nacionales como internacionales, es que el esquema del trabajo artesanal no puede ser como el de una maquila, este está conectado con la tierra. Echavarría explica que este es un trabajo orgánico y los tiempos de producción son diferentes. ‘Es muy difícil para estas empresas que trabajan con ‘drops’ adaptarse a esos tiempos’. Lo que explica por qué grandes marcas toman inspiración del trabajo artesanal indígena, pero rara vez se asocian con las comunidades manteniendo vivas sus tradiciones.