En el contexto del inicio de clases en la Sierra y Amazonía es bueno recuperar la memoria y repensar la educación que impartimos. Un pretexto saludable es la película ‘La sociedad de los poetas muertos’, cuyo protagonista es el actor Robin Williams, fallecido recientemente.
Merece repetirse este filme estadounidense, que en 1989, con guión de Tom Schulman, dirigido por Peter Weir y con Robin Williams como actor principal, ganó un Óscar precisamente al guión más original.
La poesía como pretexto
El drama en cuestión tiene una duración de 128 minutos. El escenario es la famosa escuela Welton Academy, de Vermont, Estados Unidos, reconocida por su prestigio y sus valores: tradición, honor, disciplina y excelencia.
El relato es simple y lineal, y a medida que transcurren los episodios se convierte en un conmovedor retrato de una sociedad –como la estadounidense, en 1959-, donde la educación represiva y autoritaria, vigilante y castigadora, marcó una etapa inconfundible en el mundo pedagógico, características que, lamentablemente, todavía subsisten en muchos centros de estudios.
La historia comienza cuando el profesor John Keating –Robin Williams- intenta cambiar ese paradigma mediante la enseñanza de la poesía. Y gracias a su inspiración, los métodos y las concepciones diferentes de la enseñanza, no solo logra trasmitir esa extraña capacidad de producir imágenes que tienen los poetas, sino, fundamentalmente, transformar las vidas de sus estudiantes.
‘Carpe diem’ y los esquemas rotos
El referente para el profesor es Walt Whitman, y su famoso poema que le dedicó al presidente Abraham Lincoln: ‘Oh capitán, mi capitán’. ‘De repente, les señala una orla de la primera generación de estudiantes del colegio y les dice que ellos no entendieron el concepto del ‘carpe diem’ y que ahora, desde el más allá, piden a los nuevos estudiantes que no pierdan lo que no podrán volver a recuperar: el tiempo’.
¿Qué es ‘carpie diem’? Es una expresión latina que significa literalmente ‘toma el día’, acuñada por el poeta romano Horacio (Odas, I, 11), que equivale en español a ‘no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy’. En otros términos: vivir el momento.
Pues bien: el profesor pide leer la introducción del libro para definir la poesía, y lo califica como ‘basura’. Acto seguido solicita a los estudiantes que arranquen esa página porque, según él, la poesía no tiene normas ni estructuras. ‘Solo piensa, dale énfasis en lo que necesitas y rompe esquemas’.
Los estudiantes quedan estupefactos e indagan los antecedentes de tan ‘extraño’ profesor. Y en el anuario de su promoción- pues John Keating había sido exalumno de Welton Academy- descubren que había creado el ‘Club de los Poetas Muertos’. Entonces deciden crear un nuevo club. Y la historia continúa de manera trepidante.
Aprendizajes
• Cada ser humano puede sacar aprendizajes de este filme, independientemente si es o no profesor. Es que en la esencia de cada persona hay un educador en ciernes.
• Una primera reflexión es que el papel de los padres de familia y profesores tiene hondas repercusiones en la formación de nuestros hijos y alumnos, respectivamente. Los mensajes verbales –orales o escritos-, y sobre todo, los no verbales impregnan o marcan las actitudes de las personas.
• El famoso ‘carpe diem’ –hacer hoy (bien) las cosas y no dejar nada para mañana- cobra fuerza cuando se intenta llevarlo a la práctica. No es, realmente, una frase vacía o hueca: hay que usar la razón y anticiparse a las consecuencias.
• La educación para libertad tiene vigencia. En este contexto, el desarrollo de un pensamiento crítico tiene ventajas y también riesgos. El sistema educativo está diseñado para ‘disciplinar’, ‘ordenar’, ‘obedecer’, y no para ‘cuestionar’ y peor para ‘liberar’. El sistema autoritario, represivo y conservador debe ser superado.
• La extraordinaria actuación del profesor John Keating –Robin Williams- revela las cualidades del nuevo docente. Él es ‘dinámico, expresivo, didáctico, histriónico, imaginativo y creativo, porque rompe con los esquemas de tradición y rigidez de la escuela, e imparte sus propias metodologías al utilizar su imaginación y creatividad, y hacerlos entender (a los estudiantes) que deben dejarse llevar por su imaginación, que deben aprender a pensar y a expresar sus propias opiniones libremente, y no a representar ni a repetir la que fue impartidas por otros, sin entender’.
• La exhibición de esta película para profesores y luego un debate abierto haría mucho bien a todos.
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Robin Williams; ‘La sociedad de los poetas muertos’, Educación libertaria; ‘Vigilar y castigar, de Michel Foucault.
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