NeurologÃa
Enfermedades neurológicas: de las balsas lipÃdicas a las proteÃnas
Las balsas de lÃpidos son microdominios especializados de la membrana plasmática que interactúan con proteÃnas implicadas en el transporte vesicular y en los mecanismos de señalización. Este tipo de lÃpidos son ricos en colesterol, esfingolÃpidos y en proteÃnas de ensamblaje, como las caveolinas y las septinas. Aunque sus reales funciones son aún tema controvertido y, en gran medida basadas en estudios in vitro, no existen pruebas de que las balsas de lÃpidos y las proteÃnas andamio puedan estar implicadas en la patogénesis de la enfermedad neurológica. Por ejemplo, mutaciones de la caveolina-3 se han asociado con diversos trastornos fenotÃpicamente musculares. Las balsas de lÃpidos también pueden ser un sitio de procesamiento anormal de la proteÃna precursora amiloidea y de las proteÃnas priónicas. La alteración de la función de la septina-4 puede contribuir a la acumulación de sinucleÃna y neurotoxicidad en la enfermedad de Parkinson (EP). Existe una variada gama de estudios sobre la composición y las posibles funciones de las balsas lipÃdicas y su asociación con las proteÃnas andamio. Esta breve reseña selectiva se centra en algunos de estos conceptos que pudiesen tener repercusiones sobre las enfermedades neurológicas.
Balsas de lÃpidos y proteÃnas de andamiaje
La membrana plasmática es una bicapa lipÃdica organizada en discretos compartimentos o microdominios a través de interacciones lÃpido-lÃpido, lÃpido-proteÃna y del citoesqueleto con la membrana. Las balsas de lÃpidos son microdominios particularmente ricos en colesterol y esfingolÃpidos (glicolÃpidos y esfingomielina) y actúan como plataformas para la localización e interacción de las proteÃnas implicadas en el transporte vesicular, los mecanismos de señalización y en otras funciones (véase la tabla 1). Las proteÃnas asociadas a las balsas de lÃpidos incluyen a proteÃnas de la superficie celular que se adjuntan a la membrana por un glicosilfosfatidilinositol (GPI) anclado y éstas son covalentemente modificadas por conjugación con ácidos grasos saturados, como el ácido palmÃtico, presente en los esfingolÃpidos de cadena lateral. Las balsas de lÃpidos también se caracterizan por su interacción con el citoesqueleto, y se clasifican en dos tipos, las caveolares (figura 1) y las balsas de lÃpidos planas.
Los caveolares son pequeñas invaginaciones de la membrana plasmática implicados en la endocitosis independiente de clatrina, en la exocitosis, en la neurotransmisión o calcio señalización, en la regulación lipÃdica y en la mecanosensación. Son muy ricos en colesterol y en un tipo de proteÃnas andamio llamadas caveolinas. Las caveolinas son proteÃnas transmembrana que se unen perfectamente al colesterol y se oligomerizan para formar el caveolar. Las caveolinas incluyen a la caveolina-1 y 2, las que se encuentran en células no musculares, y la caveolina-3, presente en células del músculo liso y esqueléticas. La caveolina-1 es abundante en los astrocitos, oligodendrocitos, células de Schwann, células endoteliales, en neuronas del hipocampo y en los ganglios de la raÃz dorsal. La mayorÃa de las neuronas poseen balsas de lÃpidos planas que contienen flotilina, un armazón proteico análogo a la caveolina.
Los dominios caveolares son pequeñas invaginaciones de membrana que contienen caveolinas, las que interactúan con el colesterol para polimerizarse y formar la caveola. Panel A: las caveolinas toman la señalización de las moléculas de las balsas de lÃpidos, permitiendo la interacción espacial para promover o frenar la señalización. Por ejemplo, una estructura caveolar puede permitir la interacción entre neurotransmisores (NT) y la unión a un receptor celular asociado a proteÃna G (GCPR), a la proteÃna G (G) y a proteÃnas efectoras (E). Panel B: una caveola puede mediar la endocitosis y el tráfico de GPCRs, de las subunidades de receptores ionotrópicos, de los neurotransmisores y los transportadores. La endocitosis de neurotransmisores vinculados a GPCRs conduce a la desensibilización del receptor. La endocitosis mediada por caveolas implica la fisión del invaginado caveolar y posterior endocitosis y transporte vesicular a los caveosomas.
Interacciones de las balsas de lÃpidos con las moléculas de señalización
La caveolina y flotilina actúan como un andamiaje de proteÃnas que reclutan las señales proteicas dentro de las balsas de lÃpidos. Los estudios in vitro indican que las balsas de lÃpidos organizan y compartimentan los componentes de la maquinaria de señalización de neurotransmisores, de las proteÃnas implicadas en la exocitosis, receptores, moléculas de transducción, y los transportadores de neurotransmisores (véase tabla 1). Las interacciones entre estas proteÃnas pueden dar lugar a un aumento o aminoramiento en la señalización de neurotransmisores. Varios receptores ionotrópicos también se localizan en los microdominios de las balsas de lÃpidos. Estas pueden modular rápidamente la transmisión sináptica de los receptores ionotrópicos que afectan a la sensibilidad, al tráfico, a agrupaciones y a la estabilidad de las membranas sinápticas. Las balsas de lÃpidos y los sitios caveolares también sirven como centros para la organización de la transmisión sináptica a través de proteÃnas unidas al nucleótido guanina (proteÃna G) junto a receptores GPCR (figura 1). La ubicación de los microdominios de balsa de lÃpidos permite la formación de complejos estables entre GPCRs, proteÃnas G y la señalización de moléculas efectoras. Las interacciones de receptor de la caveolina también pueden facilitar la endocitosis y la regulación a la baja de los GPCRs. Varios transportadores de neurotransmisores también se localizan en balsas de lÃpidos, y esto puede afectar a la función y la disponibilidad del transporte en la membrana plasmática. Por ejemplo, el agotamiento de colesterol altera las balsas de lÃpidos, reduciendo la capacidad de absorción del glutamato, GABA, los transportadores de la serotonina. En el músculo, la caveolina-3 se localiza junto a la disferlina y al receptor de la dihidropiridina (DHP).
Interacciones de las balsas de lÃpidos con proteÃnas implicadas en la exocitosis y el citoesqueleto
Las proteÃnas del complejo SNARE (receptor de la proteÃna soluble de acoplamiento de NSF) que están involucradas en la exocitosis, incluyendo la proteÃna SNAP-25 (proteÃna sinaptosomal con un peso molecular de 25 kD) y a la sintaxina-1, se localizan en las balsas de lÃpidos. Estas interacciones pueden ser importantes en el control del calcio (Ca 2+), que dependen de la liberación de neurotransmisores y de la sensibilidad a la toxina botulÃnica. Las balsas de lÃpidos también se relacionan con la actina y los microtúbulos microfilamentosos. Estas interacciones pueden regular la dinámica de los microtúbulos, los ensamblajes de actina en los microfilamentos y con la agrupación de moléculas de señalización, como las proteÃnas G. Las septinas son una familia de proteÃnas altamente conservadas unidas a GTP, que proporcionan una estructura para el tráfico de vesÃculas o el montaje de complejos de señalización. En humanos, las septinas se expresan en el SNC, y participarÃan en los mecanismos de la exocitosis. Por ejemplo, la septina 4 (Sept4) es un componente del andamiaje presináptico de las neuronas dopaminérgicas, en los terminales dopaminérgicos, Sept4se asocia con la alfa-sinucleÃna, la sintaxina 1, con SNAP25 y el transportador de dopamina. Se ha propuesto que estas interacciones a nivel caveolar pudiesen regular la liberación vesicular y vÃas de señalización implicadas en la supervivencia neuronal. Las septinas también interactúan con la actina y la tubulina, pudiendo afectar profundamente la dinámica del citoesqueleto.
Implicaciones de lÃpidos balsas y andamios moléculas en la enfermedad neurológica
Mutaciones en caveolina-3 y enfermedad muscular: las mutaciones del gen CAV3 que codifica para la caveolina-3 se han vinculado a distrofia muscular congénita 1C, a la enfermedad del músculo ondulante, a las formas esporádicas y familiares de la hiper-CKemia, miopatÃa distal, y, más recientemente, a un fenotipo recesivo de distrofia muscular. Los mecanismos moleculares por los cuales la deficiencia de caveolina-3 conduce a la enfermedad músculo son conocidos. También se ha observado que existe una deslocalización de la disferlina en los músculos de pacientes con mutaciones de CAV-3, lo que sugiere que la caveolina-3 es fundamental para la asociación de la disferlina con la membrana plasmática.
Enfermedades neurodegenerativas: las balsas de lÃpidos y su asociación con las proteÃnas andamio han estado implicados en la patogénesis de la enfermedad de Alzheimer (EA), a enfermedades por priones, a la enfermedad de Parkinson y a alteraciones de almacenamiento lisosomal. Existen pruebas en vitro, sugiriendo que la balsas de lÃpidos son el sitio de procesamiento de la proteÃna anormal lo que conduce a la inclusión en la formación de estos trastornos. El procesamiento amiloidogénico de la proteÃna precursora amiloidea (APP) a través de la beta-secretasa seguido por la alfa-secretasa, que conduce a la producción del péptido βA, depende de las balsas de lÃpidos. In vitro, la falta de colesterol en las balsas de lÃpidos inhibe la escisión y reduce la producción de βA. Por su parte, las septinas han sido localizadas en los ovillos neurofibrilares en la EA sugiriendo su participación en la neuropatologÃa relacionada con la proteÃna Tau, pero la importancia de estos hallazgos no se ha determinado. La proteÃna de prión normal (PrPc) es una proteÃna anclada a GPI, la que está presente en las balsas de lÃpidos. GPI es necesario para la conversión de PrPc a la forma anormal PrPsc, liberando agregados y causa trastornos priónicos y agotamiento del colesterol.
Trastornos lisosomales: el enriquecimiento de las balsas de lÃpidos con colesterol y esfingolÃpidos sugiere que la composición de estos microdominios puede contribuir a procesos neuropatológicos subyacentes, como la enfermedad de Niemann-Pick tipo C (NPC) o lipofuscinosis neuronal ceroidea, respectivamente. NPC-1, la proteÃna afectada en NPC, participa en el reciclado endocitico del colesterol en las balsas de lÃpidos. CLN3P, la proteÃna afectada en lipofuscinosis neuronal juvenil (enfermedad de Batten), es una proteÃna d asociada también con las balsas de lÃpidos.
Perspectivas
Las balsas de lÃpidos, a través de su singular composición lipÃdica y asociación con las proteÃnas de andamiaje, parecen tener un papel fundamental en las normales y anormales interacciones lÃpido-lÃpido, lÃpido-proteÃna y proteÃna-proteÃna. Los correctos conocimientos sobre estos procesos dependientes de los lÃpidos balsa podrÃan proporcionar hipótesis comprobables sobre la patogénesis y las posibles dianas terapéuticas para una variedad de trastornos neurológicos. Por ejemplo, se ha propuesto que la sobre-regulación de la expresión de Sept4 a través de vectores virales podrÃa potencialmente prevenir alfa-sinucleÃna de la agregación y la toxicidad en PD. La manipulación farmacológica del metabolismo del colesterol y de los fosfolÃpidos, lo cual afecta la función de las balsas de lÃpidos, también podrÃa proporcionar una herramienta terapéutica.
Fuente bibliográfica
Lipid rafts, protein scaffolds, and neurologic disease
Eduardo E. Benarroch, MD
Department of Neurology, Mayo Clinic, Rochester, MN 55905, USA.
Neurology. 2007 Oct 16; 69(16):1635-9