Con el nombre de vía lucis («Camino de la Luz») se conoce a al conjunto de estaciones que invita a meditar los episodios de la Resurrección de Cristo, sus apariciones y otros momentos de este tiempo de Pascua que aparecen recogidos en el Nuevo Testamento. El término también se puede utilizar para nombrar una serie de cuadros o esculturas que representan los distintos momentos de este nuevo tiempo de luz. Las estaciones de la Resurrección complementan a las estaciones de la Cruz, o más conocidas con el nombre de viacrucis, una tradicional devoción católica que conmemora la Pasión de Jesús y cuyo rezo se fomenta de manera especial durante los cuarenta días previos a la celebración de la Semana Santa (o tiempo de Cuaresma). El vía lucis está compuesto por catorce estaciones: Jesús resucita y conquista la vida verdadera, dos mujeres seguidoras de Cristo encuentran su sepulcro vacío, Jesús resucitado se aparece a María Magdalena, Jesús se aparece en el camino a Emmaus, reconocen a Jesús resucitado al partir el pan, Jesús resucitado se aparece a los discípulos en Jerusalén, Jesús resucitado da su paz a los discípulos y el poder de perdonar pecados, Jesús resucitado refuerza la fe de Tomás, Jesús se aparece en el mar de Tiberíades, San Pedro le reitera su amor a Jesús, Jesús resucitado envía a los discípulos, la Ascensión de Jesús, María y los discípulos esperan en oración la venida del Espíritu Santo, y la venida del Espíritu Santo (Pentecostés). Incluye por estación una lectura de la Escritura, breve meditación y oración final. Se puede rezar por la calle y puede estar presidido por una imagen. En Sevilla, por ejemplo, la hermandad de la Antigua lo reza en los conventos de clausura. En 2013 los hermanos de las Nieves rezaron un vía lucis en el traslado de la Virgen desde la parroquia de San Nicolás a Santa María la Blanca tras la restauración del templo.