Cuando hubo terminado, no me extrañó que su mente estuviera algo desequilibrada, ni que a la gente de Arkham no le gustara hablar del marchito erial.
Por la noche interrogué a algunos habitantes de Arkham acerca del marchito erial, y pregunté qué significado tenía la frase "los extraños días" que había oído murmurar evasivamente.
Ese terreno está todo pisoteado; las pajas quebrajeadas y el trébol, marchito desaparecen bajo las pisadas de los obreros; en las tablas y en los tirantes, suenan los martillazos, cruje el serrucho; y se oyen los gritos y los rebencazos con que, parado en el borde del pisadero, un peón, los brazos y las piernas embadurnados de barro, la cara toda salpicada, excita a los pobres mancarrones que, en castigo de ser viejos, y, como tales, más amoldados a las peores circunstancias de la vida, andan obligados a dar vueltas en el barro pegajoso, arrancando con trabajo, a cada paso, las patas que salen haciendo ¡fluc!
Conservo vivo el recuerdo de aquellas damas vestidas con hábito de estameña, de Su rostro marchito y de sus manos flacas, del andar sin ruido y de la voz monjil.
En otra época había un camino sobre las colinas y a través de los valles, que corría en mea recta donde ahora hay un marchito erial; pero la gente dejó de utilizarlo y se abrió un nuevo camino que daba un rodeo hacia el sur.
«Acaso la señora -siguió pensando la muchacha- esté con uno de sus ataques o le haya armado un escándalo a su marido.» En el pasillo se cruzó con dos doncellas, una de las cuales iba llorando. Ya cerca de su habitación vio salir de ella, presuroso, al señor Kuchkin, un hombrecillo calvo y
marchito, aunque no muy viejo.
Antón Chéjov
ECO: Ese. GALÁN: Que cometió aquel delito que todos saben del trigo, por quien le vino el castigo que en flor lo dejó
marchito. ECO: Chito.
Baltasar del Alcázar
Mas esta elocuencia charlatana e ignorancia locuaz «no tiene mordiente, ni vivacidad, ni vida; todo es algo desnutrido, marchito y flojo, semillero de plantas y hierbas, que muy pronto se secan y corrompen»; por el contrario, la sencilla doctrina del Evangelio, semejante al pequeño grano de mostaza, «no se convierte en planta, síno que se hace árbol, de manera que los pájaros del cielo vengan y habiten en sus ramas»(116).
El nombre de "marchito erial" me pareció muy raro y teatral, y me pregunté cómo habría llegado a formar parte de las tradiciones de un pueblo puritano.
PULGARCITO Era un ser sin importancia. Baja la estatura, delgado el cuerpecillo, mediocre la presencia y
marchito el semblante. Carecía de voluntad, como muchos...
Antonio Domínguez Hidalgo
Su aspecto recordaba demasiado el de una región extraída de un cuento de terror. Pero nada de lo que había visto podía compararse, en lo que a desolación respecta, con el marchito erial.
Sobre la chimenea, entre los candelabros, había dos de esas grandes caracolas rosadas en las que se oye el ruido del mar cuando se las acerca al oído. ¡Cuánto les gustaba aquel cómodo aposento, lleno de alegría, a pesar de su esplendor un poco marchito!