Aparece ahora, entonces, que Lima se salvó de los chilenos gracias a los extranjeros, y de la chusma, gracias también a los extranjeros.
Al tiempo de la reducción fueron más de 240 indios tributarios sin los reservados y chusma; apócolos una peste de sarampión y tabardillo.
Quien fuera a defenderlo ante la grada podría haberlo al corcel atribuido; mas fue después tan torpe con la espada, que no le habría Demóstenes valido; pues teme cada tajo o estocada como si fuese de papel vestido. Huye por fin, y rompe el turno impuesto; mientras la chusma ríe el poco arresto.
Y el rumor de estos misterios Entre el vulgo propagado, Por el vulgo interpretado Con ruin malicia vulgar A mil fábulas audaces Crédito asaz infundia, Y á cada punto crecia En la chusma popular.
Rota el asta, Reinaldo el corcel vuelve tan veloz que parece ser Pegaso, e impetuoso y bravo se revuelve allá donde hay más densa chusma al caso.
Con la misma soltura que a menudo el hábil español la caña pilla, aquel peso de sí Orlando empuja allá donde la chusma se apretuja.
¡Qué gente tan torpe! i No sé cómo nuestro señor no se apiada de esta
chusma tonta y les da un poco más de inteligencia! No se enoje Sor Serenidad.
Antonio Domínguez Hidalgo
Una hora después de su fuga el toro estaba otra vez en el Matadero donde la poca
chusma que había quedado no hablaba sino de sus fechorías.
Esteban Echeverría
¿No debió armarse para entrar en liza Y gritar á la chusma advenediza: «No reinarás sobre mi suelo mas?» ¿Condenaste, Dios mio, por mi culpa La empresa que sino te fuera grata Porque soltando el báculo de plata Del profano baston el puño así?
La chusma, ad majorem gloriam Dei, opuso resistencia á la tropa, se cambiaron balas y hubo muertos y heridos, y el bochinche fué sofocado Me alegro y vuelvo á alegrarme.
Un hombre, soldado en apariencia, sentado en una de ellas cantaba al son de la guitarra la resbalosa, tonada de inmensa popularidad entre los federales, cuando la
chusma llegando en tropel al corredor de la casilla lanzó a empellones al joven unitario hacia el centro de la sala.
Esteban Echeverría
Verificaron la orden; echaron llave a la puerta y en un momento se escurrió la
chusma en pos del caballo del Juez cabizbajo y taciturno.
Esteban Echeverría