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FÍJESE MÁS EN EL SISTEMA DE ESCAPE

Hablar del sistema diseñado para expulsar los residuos de un organismo es materia de especial tratamiento. Si el columnista de la revista Semana, Antonio Caballero, hace alusiones francas (desde su escatológico punto de vista), a la manera como se evacuó el proceso 8.000 en la Cámara de Representantes, en el caso de los automóviles hay que ser tanto o más descarnado, para dejar muy en claro la importancia del sistema de expulsión de gases.

Por JUAN CARLOS VARGASRedactor de EL TIEMPO
Por razones de carácter socio-sicológicas el ser humano tiende a alejar de sí las sustancias de desecho, mal sea en los ríos, en terrenos en la periferia de las ciudades, o mal en el aire que se respira.
Pero el residuo de la combustión de las máquinas se ha logrado controlar mediante dicho sistema, cuya función, además de servir de medio para la expulsión, tiene como objetivos fundamentales mantener el nivel de ruido por debajo de lo que el oído humano puede soportar y contribuir con la eliminación de parte de los componentes nocivos de los gases de escape.
Partes del sistema
De fábrica, los vehículos vienen con un tubo delantero (ver gráfico), que está conectado al múltiple de salida, a través del cual fluyen los gases producto de la combustión de cada cilindro.
Posterior a éste, se instala un presilenciador, que actúa como una cámara tranquilizante donde los gases de escape se expanden y purifican. Además allí se regula en buena parte el ruido y la temperatura de éstos.
Después viene un tubo intermedio, o extensión complementaria entre el presilenciador y el silenciador propiamente dicho, el cual acelera el flujo de los gases.
Después se encuentra el dispositivo que elimina totalmente el ruido que se produce en el choque de gases de escape con el aire exterior, permitiendo una dilatación suave. Dicho dispositivo recibe el nombre de silenciador.
Por último, viene el tubo de cola, que se encarga de recibir los gases del silenciador y direccionarlos a la atmósfera.
Puede que otros modelos instalen dos o más presilenciadores, pero el objetivo sigue siendo el mismo: reducir al máximo el ruido de la combustión interna de los gases.
En dónde lo compro
En Colombia existen dos empresas que atienden el mercado de equipo original, aunque parte de su producción también la dedican al mercado de reposición.
Se trata de Servintec, con sede en Bogotá, y de UMO, de Medellín, y basan sus productos en los planos que las ensambladoras les remiten para desarrollarlos, tal cual la casa matriz lo exige.
Son productos de excelente calidad y diseño, al punto de que, como en el Chevrolet Corsa, proveen el convertidor catalítico, que será norma obligatoria para todos los vehículos nuevos a partir del próximo año.
Sin embargo, para el mercado de reposición, han florecido muchas otras empresas que se dividen en las de buena calidad y las demás.
Entre las buenas se encuentran TMP, JB e Imet y, entre las demás, basta mirar en el directorio de páginas amarillas.
Dónde lo instalo
Según el ingeniero Héctor González, persona estudiosa de estos sistemas, existe un tipo de dispositivo para cada clase de automóvil.
En consecuencia, siempre hay que instalar equipo original y, además, que se utilicen los elementos diseñados para tal fin.
Lo anterior significa que hay que buscar la contramarca en la superficie del silenciador en donde, además del nombre del fabricante, consta el tipo de vehículo para el cual fue diseñado y la fecha de fabricación.
Por otra parte, debe utilizarse equipo de soldadura tipo Mig que, por sus características, ofrece el correcto sellamiento entre las piezas que se ensamblan.
Lugares como Muffler Shop, Hermes y Motrix Car, entre otros, sobresalen en el mercado de instalación de estos aparatos.
Si al encender el carro en las mañanas siente que le lloran los ojos, si percibe cambios en el ruido del motor, o si nota que el sistema tiene poros o partes oxidadas, es hora de hacer revisar el sistema y cambiar piezas.
Nunca permita que le realicen remiendos, porque la oxidación o las perforaciones se describen de adentro hacia afuera, luego si se cubren con un pedazo de metal, el interior seguramente estará igual de oxidado.
Recuerde que el exceso de ruido, producto de la alteración del sistema original, es sancionado por las autoridades de tránsito, además que es fuente de contaminación auditiva y estrés.
(ver recuadro)
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Por JUAN CARLOS VARGASRedactor de EL TIEMPO
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