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MUCHACHOS CON DON BOSCO

Don Bosco, padre y maestro de la juventud

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Juan Linares, SDBSanto Domingo

E l 31 de enero celebramos la fi esta de San Juan Bosco, el Padre y Maestro de la Juventud. Es también el Día Nacional de la Juventud en República Dominicana. Don Bosco, el hombre santo. Juan Melchor Bosco nació el 16 de agosto del 1815 en Castelnuovo de Asti, en Italia, hijo de Francisco y de Margarita. Murió en Turín el 31 de enero de 1888. Estaba dotado de admirables cualidades humanas. Hizo de las cosas ordinarias, ejecutadas extraordinariamente, los pasos de cada día, en el camino de la santidad. La santidad de Don Bosco está íntimamente ligada a los jóvenes del Oratorio. Don Bosco, el santo fundador. Es el origen de una gran corriente espiritual. Los Salesianos, las Hijas de María Auxiliadora y los Salesianos Cooperadores fueron fundados directamente por él. Luego han venido otros grupos suscitados por el mismo espíritu, que viven y realizan su misión bajo esta misma inspiración y que, actualmente, forman la “Familia Salesiana”. Don Bosco, un santo alegre. “Nosotros hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres”, nos ha dejado como mensaje. Tanto cuando bromeaba como cuando trabajaba, hablaba, rezaba o resolvía problemas su rostro estaba sonriente, transmitiendo fascinación a cuantos le rodeaban. Era la expresión de un gozo interior profundo que sustentaba toda su vida, pues estaba apoya en el Dios de la Alegría. Don Bosco, el santo que es padre y maestro de los jóvenes. A los dos años quedó huérfano de padre y tuvo que vivir en una situación de pobreza. Luego él se constituyó en padre de huérfanos y de muchos niños pobres y abandonados. Toda su vida la dedicó a formar grandes familias de jóvenes. En 1988, Juan Pablo II lo proclamó “Padre y Maestro de la Juventud”. Don Bosco, el santo del trabajo. Él amaba el trabajo. Desde pequeño tuvo que trabajar. Trabajó incansablemente e hizo trabajar a quien estaba a su alrededor, y hablaba con gusto del trabajo inmenso que tenía que llevar a cabo. Vio en el trabajo el mejor espacio para su santifi cación, lo entendió como actividad apostólica, caritativa y humanizante, e hizo de él su camino para llegar a Dios. Enseñó a sus muchachos que su mayor enemigo es la ociosidad y que hay que combatirla tenazmente. Cuando le aconsejaban que descansase un poco les decía que él descansaría en el cielo. Don Bosco, un santo devoto de María. En un sueño que tuvo a los nueve años se le reveló que María sería su Maestra y él experimentó en su vida que había sido guiado por la mano de la Virgen. En Turín está la Basílica a María Auxiliadora. Don Bosco dice que fue la misma Virgen quien se construyó su Basílica. Él no tenía un centavo, sólo sabía que aquel edifi - cio era necesario para la pedagogía con sus muchachos... No es extraño que Don Bosco antes de morir, refi riéndose a María dijese: “Ella lo ha hecho todo”.

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