Típicamente posee la forma de un amuleto (empleado en pendientes o como colgante), visible en las puertas de las casas (a veces como aldabón), como adorno hogareño, dije para el automóvil, símbolo tatuado y así sucesivamente.
En el año 2005 aparece por Ediciones Aldabón su primer libro de poemas La sombra infinita de los vencidos, un homenaje a los desvalidos, ella misma incluida; pero también a la fuerza de estos seres y a la sombra infinita que proyectan sobre el mundo.
Entre sus méritos ostenta la “Orden por la Cultura”, otorgada por el Consejo de Estado, así como “El Hacha de Holguín” y “El Aldabón de la Periquera”.
(…) Es evidente que a Yanira Marimón –que nació ayer, en el cercano año de mil novecientos setenta y uno-, la asiste el don de la palabra poética, una sensibilidad de la cual podemos disfrutar compartiendo con ella la lectura de este libro.7 La sombra infinita de los vencidos (Poesía), Ediciones Aldabón, 2005 Donde van a morir las mariposas (Novela Infantil), Editorial Abril, 2005 Poetas en Matanzas VI, Ediciones Matanzas, 2006 Contemplación Vs.
Como si la muerte hubiera sido un sueño (Ediciones Vigía, 1998). Poemas tempranos (Ediciones Aldabón, 1999). Invitaciones (Ediciones Vigía, 1999).
Vicepresidente del Círculo de la Crítica Matancera (2009-2010). Coordinador, promotor y editor de Ediciones Aldabón, editorial de la Asociación Hermanos Saíz en Matanzas (2008-2013).
Después de doce años en el turismo, trabajó en la edición y la promoción de varios títulos de Ediciones Aldabón, editorial de la Asociación Hermanos Saíz en Matanzas.
Esta canastilla se apoya exteriormente en una «mesa» en cuyo frontal se ubica el llamador o martillo. Es un aldabón de metal, que presenta motivos artísticos, con el que se llama a los costaleros.
Halló en el camino, a un ratón vecino Y le dijo: -¡amigo!- venga usted conmigo, Visitemos juntos a doña ratona Y habrá francachela y habrá comilona. A poco llegaron, y avanza ratón, Estírase el cuello, coge el
aldabón, Da dos o tres golpes, preguntan: ¿quién es?
Rafael Pombo
El convento dormía cuando se desenmascaró el incendio. El sereno vio el humo, y aturdió a llamadas de
aldabón enorme. La confusión fue como de naufragio.
Emilia Pardo Bazán
El murmullo del último padrenuestro moría en los labios del doctoral, cuando el
aldabón y la campanilla resonaron casi a un tiempo estrepitosamente, y el vocerío de una discusión alborotó la antesala.
Emilia Pardo Bazán
Llama sin temor, anciano; que el aldabón de mi puerta, siempre al infortunio abierta, no hiere al pobre la mano. Cordial hospitalidad se ofrece aquí con llaneza: quien sabe lo que es pobreza sabe lo que es caridad.