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MÉDULA ESPINAL PODRÍA REGENERARSE

Los antiguos médicos egipcios enseñaban a sus estudiantes que si un paciente con lesión en el cuello sufría también de pérdida de sensación y movimiento en los brazos y piernas, se debía a una ruptura de la médula espinal . En tal caso, las recomendaciones eran poco prometedoras: Esta es una condición que no puede ser tratada .

Las instrucciones fueron talladas en jeroglíficos en una pirámide en el año 2500 A.C. y luego fueron transcritas a papiro. El Dr. Geoffrey Raisman, neurobiólogo, mantiene una copia de este documento en el Instituto Nacional para la Investigación Médica en Londres.
Es una observación bella, que da el diagnóstico y la información correcta al médico , afirmó Raisman. Sabían lo suficiente para decir: déjelo así, no puede tratarse .
Desafortunadamente, 4.500 años más tarde la sabiduría antigua se sigue aplicando. En la mayoría de los casos, la ruptura de la médula espinal sigue significando parálisis de por vida. Por lo menos 250.000 estadounidenses se encuentran discapacitados como resultado de este tipo de lesiones y se presentan unos 10.000 casos nuevos cada año.
Los pacientes no se recuperan totalmente porque los nervios en la médula espinal y el cerebro (el sistema nervioso central) no se regeneran si son cortados. Los extremos recortados no vuelven a unirse ni generan nuevas fibras que puedan restablecer las funciones faltantes.
Pero los científicos han comenzado a sugerir que no se regeneran no significa no pueden regenerarse . Existe evidencia en el sentido de que la médula espinal puede tener el potencial de regeneración.
Los nervios de otras partes del cuerpo, en lo que se conoce como el sistema nervioso periférico, sí se regeneran y son muy similares a los nervios en el sistema nervioso central. Y los nervios recortados en el sistema nervioso central sí comienzan a generar fibras nuevas, aunque fallan en establecer las conexiones requeridas.
Ahora, los investigadores sospechan que la clave de la regeneración podría estar no en las células nerviosas mismas, sino en su ambiente. Empezamos a darnos cuenta de que solo teníamos que descifrar qué factores de crecimiento podrían darse o qué otro tipo de células podrían suministrarse para estimular el crecimiento , dijo la Doctora Naomi Kleitman, directora de educación del Proyecto de Miami para Curar la Parálisis, un centro de investigación de la Universidad de Miami.
En los últimos 14 meses, varios equipos de investigación, incluyendo uno encabezado por Reisman, han reportado la regeneración parcial de la médula espinal y algún restablecimiento de las funciones en ratas con médulas lesionadas.
El equipo utilizó diferentes técnicas para hacer crecer los nervios, pero analizados en conjunto, los estudios sugieren que los nervios de la médula espinal lesionados pueden regenerarse si se dan dos circunstancias básicas: una estructura hecha de determinados tipos de células para guiarlas a su meta y factores especiales de crecimiento, secretados por las células estructurales o suministradas por los experimentadores, para promover su crecimiento y supervivencia.
La idea antigua según la cual el sistema nervioso central no permite la regeneración está comenzando a cambiar , manifestó el Dr. Jerry Silver, un profesor de neurociencia de la Universidad Case Western Reserve de Cleveland. Realmente existe una esperanza . Pero Silver también advirtió que pasarían años antes de que los hallazgos recientes pudieran aplicarse a los humanos.
Cuestión de olfato
En el estudio publicado en la última edición de Science, un equipo formado por Raisman, Ying Li y Pauline Field trató la lesión de la médula espinal en ratas con una inyección de células tomadas del bulbo olfatorio del cerebro, que controla el sentido del olfato.
Las células que participan en el olfato podrían parecer un medio extraño de reparar los nervios que controlan los movimientos, pero según Raisman, existe una razón poderosa para escogerlos:
Las células nerviosas que producen el sentido del olfato son solo una parte del sistema nervioso que se reemplaza continuamente a lo largo de la vida , expresó. Cada vez que las personas sufren de gripe o respiran en vapores perjudiciales, mueren células de la nariz. Las células de tallo en el recubrimiento de la nariz producen reemplazos.
Es una situación única , dijo Raisman. Fibras nuevas deben encontrar el camino al cerebro continuamente .
Las nuevas fibras son guiadas desde la nariz hacia el cerebro por las células olfatorias de refuerzo, que tienen una función similar a la de las células Schwann en el sistema nervioso periférico. Si uno piensa en las células del sistema olfatorio como si fueran trenes, las células de refuerzo son los rieles. Se colocan como rieles en el cerebro, y las fibras nerviosas crecen a lo largo de ellos dijo Raisman.
El y sus colegas dedujeron que si las células de refuerzo podían guiar a las nuevas fibras nerviosas hacia el cerebro, podrían llevar las fibras a través de una zona lesionada en la médula espinal.
Para probar la idea, utilizaron corriente eléctrica para destruir una pequeña región en un lado de la médula espinal en el cuello, el sistema corticoespinal, un manojo de unas 50.000 fibras que controla el movimiento de las patas delanteras de los animales.
Si dicha lesión divide el sistema por completo, el animal pierde la capacidad de aprender nuevas habilidades relacionadas con las patas de un lado del cuerpo. En el lugar lesionado, los investigadores inmediatamente inyectaron células de refuerzo que se habían obtenido de cerebros de ratas y se habían criado en un cultivo.
A los pocos días, comenzaron a surgir nuevas fibras de los nervios recortados en el lado del corte más cercano a las cabezas de los animales y a crecer a través de la zona lesionada hacia la cola. Las nuevas fibras crecieron a una velocidad de uno a dos milímetros por día, y estaban recubiertas por células de refuerzo.
Dos o tres meses más tarde, para determinar si las nuevas fibras realmente funcionaban, los investigadores probaron la capacidad del animal para aprender a usar sus patas delanteras en una tarea que incluía alcanzar bolitas de comida. Cuatro de siete ratas que debían haber resultado lesionadas, tenían uso normal de la pata correspondiente. Las otras tres nunca aprendieron la habilidad.
Estudios de los tejidos de las ratas mostraron que en las tres que permanecieron paralizadas, los nervios no habían crecido a lo largo de la región lesionada de la médula espinal. Pero en las cuatro ratas con patas operantes, dijo Raisman, aunque se había hecho un corte completo en el sistema corticoespinal, se había establecido un puente con nuevas fibras y células de refuerzo.
Otros investigadores se mostraron especialmente impresionados por una fase del estudio que demostró que un animal aún podía mover su pata delantera normalmente cuando solamente permanecían intactas el 1 ó 2 por ciento de sus fibras corticoespinales . Esas son noticias esperanzadoras porque posiblemente no se necesite regenerar más de eso para lograr un efecto funciona , dijo Olson.
Empecé a trabajar en este campo hace 30 años , afirmó Raisman, y apenas en los últimos 12 meses hemos logrado esta evidencia de la regeneración de los nervios .
* New York Times News Service
UN PRIMER INTENTO
En julio de 1996, investigadores del Instituto Karolinska en Suecia fueron los primeros en reportar éxito al hacer crecer células nerviosas a lo largo de un espacio en médulas espinales recortadas en ratas.
Aunque los animales no caminaban normalmente, sí recuperaron parte de la habilidad para utilizar sus piernas.
El equipo sueco hizo un puente en las médulas de los animales con nervios de su pecho, que actuaron como estructura para los nervios medulares que se estaban regenerando.
También agregaron un factor de crecimiento y ubicaron las fibras puente para llevar las células nerviosas en regeneración por un camino que evitara la materia blanca, capa externa y aislada de la médula espinal, pues otros estudios han demostrado que la materia blanca contiene sustancias que inhiben el crecimiento nervioso.
El Dr. Lars Olson, uno de los autores del estudio, manifestó durante una entrevista telefónica que un paso importante de la experimentación de su grupo era la creación del puente a partir de fibras del sistema nervioso periférico.
Esas células se encuentran envueltas en una capa de células Schwann, que no son células nerviosas pero estimulan la regeneración secretando una variedad de factores de crecimiento cuando se lesiona una célula nerviosa.
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