Por | Paula Oñate

La danza folklórica es una de las varias expresiones artísticas que tienen como objetivo transmitir el folklore− costumbres, tradiciones y creencias− de los pueblos a través de las danzas tradicionales, que en conjunto con la vestimenta e instrumentos musicales van contando una historia y reflejando la identidad cultural del lugar donde se es manifestada.

Si bien en Ecuador la danza folklórica es visible en distintas celebraciones y fiestas populares, lo cierto es que la atención general hacia ello se puede ver obstruida por el desinterés de la ciudadanía ante los temas culturales. Es de preocuparse, puesto que las nuevas generaciones no solamente deben concentrarse en la ciencia y las matemáticas, sino también conocer sus raíces, su entorno e identidad.

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A propósito del Día de la Danza se realizó una entrevista a tres personajes que han tratado el tema, quienes en su experiencia han brindado sus observaciones que están dividas en tres etapas de la vida: niñez, adolescencia y juventud.

Niños

Vicente Borbor es el director del grupo de danza folklórica Costumbres de mi Pueblo, el cual está formado por personas de distintas edades. En esta ocasión, el enfoque fue en los infantes.

Borbor comentó que él no solo se enfoca en enseñarles los pasos de baile a sus estudiantes, sino toda la parte teórica. Esto comprende desde el significado de la danza folklórica, los diferentes bailes que existen y los elementos que estos conllevan. El propósito de usar esta metodología es para que, a medida que van creciendo, comprendan y transmitan el significado de lo que hacen, y tengan el debido respeto hacia cualquier arte; reforzando enormemente la difusión cultural desde una edad temprana.

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Adolescentes

Para Brenda Lori, quien tiene conocimientos de danza folklórica y ha trabajado con jóvenes adolescentes en la institución donde labora, lo difícil de trabajar con ellos es el desinterés que se presenta debido a la falta de conocimiento de la cultura, lo que no les permite ver el significado y las trascendencia de esta expresión artística.

Menciona que, pese a esto, sí hay jóvenes que han tenido conocimiento previo de la danza; además, resalta que adentrarse a la danza folklórica ha significado en los adolescentes pasar buenos momentos, así como ser un escape de la rutina diaria, de caer en malos hábitos mientras se aprende sobre lo que se ofrece culturalmente.

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Jóvenes

Como profesora del grupo de danza folklórica de la Universidad Politécnica Salesiana, Jazmín Rizzo cuenta que varios de sus alumnos ya habían pertenecido anteriormente a grupos de bailes de distintas disciplinas, por lo que al ingresar ya tenían las bases e ideas. Para aquellos que no lo tenían, dice que el interés de ser parte del grupo en primer lugar surge más por invitaciones y la curiosidad de experimentar.

Practicar danza folklórica es diferente para un niño y un joven. Rizzo señala que el problema de que los jóvenes universitarios no se adentren a esta disciplina reside en el temor a las burlas que se pueda recibir por parte de las personas con las que los bailarines conviven, esto puede ocurrir especialmente por la vestimenta que se usa en las presentaciones. Sin embargo, apunta que para quienes deciden enfrentarse a los comentarios, el resultado final es satisfactorio, pues así como los niños, conocen más sobre lo que somos.

Los tres maestros concordaron en que actualmente el interés hacia la danza folklórica ha crecido. Si bien aún queda un largo camino por delante, las personas han prestado más atención a esta danza que en tiempos pasados, significando que más personas desearán aprender sobre el folklore a través de la danza y se seguirá transmitiendo su propósito cultural. (I)