Y echó a sus cofres siete cerrojos sobre los setenta que ya tenía, y volvió a guardarlos bajo siete estados de tierra, y dijo: «No voy, porque habrá palos».
Porque ocurría que las gentes, a causa de su arte, lo llamaban, para que les hiciera puertas, cubos para ordeñar, asientos o cofres.
No, no esto a ti, falso, así saldrá, pues, si luciera, a los cofres correré de los libreros: los Cesios, los Aquinos, Sufeno, todos colectaré los venenos y a ti con estos suplicios te remuneraré.
Los que vinieron por la tierra en postas, trujeron, por llegar a la ligera, sólo plumas y banda, calza y cuera; los que habitaban de la mar las costas (tanto pueden de amor dulces empresas) vinieron en artesas, mas no por eso menos hasta la cola de riquezas llenos; y otros, por bizarría, para mostrar después la gallardía, en
cofres y baúles, sulcando las azules montañas de Anfitrite; y alguno que a disfraces se remite, por no ser conocido, en una caja de orinal metido.
Lope de Vega
—¿Y qué? —La casa desierta, las camas hechas, los cofres cerrados, no falta nada; todo en silencio y en orden. —¿Y nadie responde de ellos?
Dehesas en Extremadura; olivares en Jaén; fértiles cigarrales en Toledo; casas en la misma corte; telas, muebles, plata labrada por arrobas, de todo diéronle posesión sin tardanza a Nolasco, y para los primeros gastos halló en arquillas y
cofres repletos bolsones, donde el sonido delicioso del oro hacía música celestial entre las mallas de seda verde.
Emilia Pardo Bazán
Que no serán registrados los bagages que condujeren ropa en arcas y cofres de Oficiales, Regidores y demás Caballeros; y que la guarnición salga dentro de tres días; que la ropa que no se pudiere conducir se quedará en la plaza y se enviará por ella cuando haya oportunidad, y no se embarazará al sacar algunos carros.
Yugo aquel día, y yugo bien suave, Del fiero mar a la sañuda frente Imponiéndole estaba, si no al viento, Dulcísimas coyundas mi instrumento, "Cuando, entre globos de agua, entregar veo A las arenas ligurina haya, En cajas los aromas del Sabeo, En
cofres las riquezas de Cambaya: Delicias de aquel mundo, ya trofeo De Escila, que, ostentado en nuestra playa, Lastimoso despojo fue dos días A las que esta montaña engendra Harpías.
Luis de Góngora
El mismo hombre de quien habló la Duelos el 27 de noviembre, la Martaine el 15 de enero y ella misma el 5 de febrero, cuyo gusto consistía en ahorcar en broma, ver ahorcar, etc..., este mismo, digo, esconde efectos suyos en los cofres de sus criados y dice que lo han robado.
Estas son las de la vajilla de oro y plata que no se usa diariamente; las que te entrego pertenecen a las cajas donde guardo los metales preciosos; estas las de los cofres en los que están mis piedras y joyas, y aquí te doy el llavín que abre las puertas de todos los cuartos.
¡Feliz tú, muerta ideal que llevaste del Universo una visión intelectual y artística y a quien el amor por la belleza y el pudor femenino impidieron que el entusiasmo por la vida y las curiosidades insaciables se complicaran con sensuales fiebres de goce, con la mórbida curiosidad del mal y del pecado, con la villanía de los cálculos y de las combinaciones que harán venir a las manos y acumularán en el fondo de los cofres el oro, esa alma de la vida moderna!
OPORTUNAMENTE, IMPONDREMOS MULTAS INMISERICORDEMENTE. TANTO LAS MULTAS COMO LOS IMPUESTOS ENGROSARAN LOS COFRES DEL ESTADO. ES CIERTO QUE LOS PERIODICOS DE LOS PARTIDOS PODRIAN RESULTAR MAS PERNICIOSOS QUE LAS PERDIDAS DE DINERO; DE SER ASI, LOS SUPRIMIREMOS A RAIZ DE SU SEGUNDA ACOMETIDA.