Una coyuntura económica favorable

OPINIÓN

17 dic 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

LA ECONOMÍA española va bien y las empresas acreditan solidez y capacidad, con los consiguientes aumentos en inversión y en creación de empleo. Es lo que dicen las cifras oficiales, y también lo que se deduce de los resultados de las propias empresas y de sus cotizaciones en la Bolsa. Sin embargo, hay una consideración que se repite en los análisis y que debe ser tenida muy en cuenta. Me refiero a la palabra «coyuntural», que se impone como valla a otras valoraciones más positivas a largo plazo. Es como si, a la par que se reconoce el buen momento económico, se quisiese definir un recelo para más allá del corto plazo, esto es, un riesgo todavía no evaluado con precisión, pero sí intuible en el horizonte. ¿Qué hace que sea así? ¿Qué justifica esos temores? Probablemente una parte de la respuesta está en la balanza comercial, cuyos indicadores muestran claros síntomas del agotamiento de nuestro sector exterior. Asimismo, se advierte un serio retroceso de la competitividad. La Secretaría de Estado de Turismo y Comercio se ha apresurado a readaptar el modelo y las estrategias de apoyo a las empresas y, para ello, ha adoptado unas medidas que tienen por objeto aumentar el número de nuestras empresas internacionales (sobre todo entre las pequeñas y medianas), diversificar los mercados de destino (con Turquía y Corea del Sur como novedades) e incrementar el valor añadido de la imagen-país y de las exportaciones. ¿Se conseguirá así frenar el fuerte déficit del sector exterior? Los pedidos internacionales están evolucionando a la baja, particularmente en empresas de bienes de equipo y de automoción, que aportan casi la mitad de las ventas en el exterior. Sin embargo, en medios oficiales aún persiste el optimismo de comienzos de año, cuando las exportaciones se aceleraron. Pero este dato ha cambiado claramente de signo. El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio ha tomado nota de ello y se ha propuesto favorecer una corrección de estos males. La duda es si son corregibles a corto plazo y si, de no serlo, afectarán de un modo significativo a la buena marcha de nuestra economía. Es el riesgo que se vislumbra a la vuelta del boyante corto plazo coyuntural.