Un problema frecuente | 17 OCT 06

Mitos y verdades acerca del Herpes Zoster o "culebrilla"

Se trata de la reactivación, en algún momento de la vida, del virus de la varicela que no es eliminado del organismo después de padecer la eruptiva.

No tiene cura, pero existen distintos tratamientos médicos para paliar sus síntomas. En nuestro país, se recurre a remedios caseros con los riesgos que puede implicar. Todo lo que hay que saber.

Mariana Nisebe

El herpes zoster o "culebrilla" constituye la reactivación, en algún momento de la vida, del virus de varicela-zoster adquirido durante la infancia en más del 90% de los casos. La causa de la reactivación generalmente se desconoce, pero parece estar asociada con el envejecimiento, situaciones de estrés o alteraciones del sistema inmunitario. Por lo general se presenta en adultos de más de 50 años o en personas con trastornos inmunológicos y con raras excepciones, los pacientes sólo lo sufren una vez. La erupción ( vesículas pequeñas) suele estar precedida durante varios días por dolor en la zona afectada.
D espués de una infección con varicela, el virus reside en estado letárgico en las vías nerviosas que emergen de la columna. Cuando se reactiva, se disemina a lo largo de la vía nerviosa, causando primero dolor o sensación de quemadura. La erupción típica aparece dos o tres días después de que el virus llega a la piel y consiste en parches rojos en la piel con pequeñas ampollas que son muy similares a la varicela en su etapa inicial. A menudo, la erupción se maximiza en los siguientes tres a cinco días y luego las ampollas se rompen formando úlceras pequeñas, las cuales se comienzan a secar y a formar costras, que a su vez se desprenden en dos o tres semanas y dejan la piel rosada en proceso de cicatrización.

Pero, ¿por qué le dicen culebrilla? Según el Diccionario de Mitos y Leyendas , se denomina así porque los gauchos de la Pampa Húmeda de la Argentina suponen que su contaminación proviene del paso de una víbora o culebra sobre la ropa extendida para su secado sobre los cultivos (generalmente de trigo). Visualmente, la enfermedad "provoca una erupción en la piel siguiendo una línea. Se cree que cuando la línea (culebra) une sus dos puntas (la cabeza se junta con la cola) tiene consecuencias fatales para el portador". Esto significa, según el diccionario, que la creencia "incluye la certeza que si la erupción, que aparece en la superficie dérmica sobre el nervio afectado (generalmente una rama sensitiva intercostal) circunda el cuerpo traería consecuencias fatales para el paciente, cosa imposible por la simetría bilateral hace que no haya conexión entre los nervios intercostales izquierdos y derechos, la infección es de consecuencias graves cuando ataca a los pares craneales, a causa de lo cual las vesículas pueden llegar a opacar la cornea".

"Cuando aparecen las lesiones en la piel, el diagnóstico es sencillo, usualmente mediante la observación médica. Los estudios de laboratorio (raspado de lesiones para cultivo o métodos directos) se reservan para casos dudosos. A veces, la erupción se acompaña de síntomas gripales, cefalea, malestar general o molestias estomacales", explica la Fundación del Centro de Estudios Infectológicos (FUNCEI). Y aclara que "l os territorios más comúnmente afectados son la base del tórax, en general de un costado incluida la espalda, correspondiente al área de distribución de los nervios intercostales torácicos, y la cara, por compromiso de la rama oftálmica del nervio trigémino. En esta última situación, se hace necesaria la evaluación y control por el oftalmólogo, para evitar complicaciones como opacidades corneales residuales".

Entre las complicaciones, menciona el National Institute of Neurological Disorders and Stroke ( NINDS ), están las que pueden padecer las personas con culebrilla óptica (en que el virus ha invadido el nervio oftálmico) que van desde inflamaciones dolorosas del ojo que pueden dejarlas ciegas por un tiempo hasta dañarles permanentemente la visión. Si la culebrilla aparece en la cara y afecta el nervio auditivo, también puede producir complicación en la audición. Las infecciones de los nervios faciales pueden llevar a una parálisis temporal de la cara. Pero esto no es todo, destaca el NINDS; algunas veces, y sobre todo en las personas mayores, los síntomas de la culebrilla pueden persistir por largo tiempo después de que el bro

 

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