No soportaba mi fertilidad y así me fue en la ligadura de trompas por EPS

Porque soy paranoica, en las citas médicas consulté muchas veces si es un procedimiento 100% confiable y si hay forma de confirmar la esterilidad.

Por Andrea Zapata

14 de agosto de 2018

Getty Images

Getty Images

Fotografía por: Shidlovski

Recuerdo que en la adolescencia les dije a mis papás que no quería ser mamá. Mi madre pronosticó que ese pensamiento iba a cambiar cuando fuera grande. Resulta que han pasado más de quince años y todavía conservo la idea. Sí, me gustan los niños, pero no me enamoran como para ser responsable de uno.

Hace dos meses inicié las averiguaciones para ligarme las trompas. La médica de la EPS me preguntó si estaba completamente segura, a lo que respondí un SÍ en mayúsculas, que no fue suficiente porque ella contraatacó con un "¿segura, segura, segura?" Y yo "sí, sí, sí, lo estoy". 

Sigue a Cromos en WhatsApp

De una vez me remitió a Profamilia, en donde primero pasé por un médico general. Luego me remitieron a un anestesiólogo. Como yo tengo una arritmia, tuve que hacerme exámenes del corazón. Una vez el anestesiólogo validó los resultados, me programaron cirugía para el 17 de junio.

Antes de dar el sí, averigüé qué era la ligadura, en qué consistía, qué me iba a suceder. Consulté si era un método anticonceptivo permanente. Resulta que sí lo es, te da un 99% de seguridad, sobre todo la ligadura de Pomeroy,  en donde te cortan las trompas y posteriormente las queman, por eso es casi imposible quedar en embarazo.

Lamentablemente, todos los profesionales me dijeron que es difícil comprobar su efectividad total, aunque me aseguraron el 99% de seguridad de que no voy a tener un hijo.

El procedimiento es sencillo, de hecho es más traumática la espera que la operación. En Profamilia la cita fue a las 2:00 p.m. y me atendieron casi a las 5:00 p.m. Sentada en una silla, esperé a que llamaran una por una. Dicha espera es tediosa, oír a otras pacientes hablando de sus embarazos, diciendo que uno no se debería operar si no tiene hijos, amargó el momento. Por supuesto, yo nunca abrí la boca (No soportaba mi fertilidad y así me fue en la vasectomía por EPS).

Hasta que por fin. Cuando me acostaron me dijeron que subiera y abriera las piernas. Se me hizo muy raro esto, pregunté por qué tenía que estar en esa posición, si la incisión se realiza cerca al ombligo. Confieso que me sentí traicionada.

Me dormí al instante, a mitad de la explicación. Sí, la anestesia es local y dura profunda en el cuerpo cerca de 15 minutos. Al abrir los ojos tuve unas ganas intensas de vomitar, era una sensación de "me cayó mal la anestesia", muy palpable, diría que sorpresiva. Las mujeres que operaron antes que a mí, las que hablaban de sus hijos, ya se estaban vistiendo, dispuestas a marcharse. 

En resumen, los 15 minutos fueron cortos, me levanté con nauseas y un dolor punzante en el pecho. La enfermera que estaba pendiente informó que el dolor se debía a los gases del cuerpo. “Cada vez será más pesado”, advirtió.

Por dentro uno siente que se está quemando algo, pero no es un ardor insoportable. Me inflamé un poco,  en realidad lo más molesto fue el gas a la altura del pecho.

Me acompañó un primo. Lo único que se salió de mis manos, que no estaba en las posibilidades, fue la vomitada de ese primer día. Lo hice dos veces en Profamilia, creo que fue lo mejor que pude hacer, porque entre más un bote, más gas saca del organismo. En mi casa vomité por tercera vez. No obstante, pude dormir, me volteé en la cama, no hubo problema .

En el segundo día de recuperación me quedé sentada por mucho tiempo y fue maluco, porque sufrí un ataque de ahogo. Recomiendo que sigan las indicaciones del médico, hay que estarse acostadas porque la presión en los hombros y pecho es fuerte, de respetar.

Para ir al baño no me dio dolor, el periodo llegó normal, a los cinco días me quitaron el punto del ombligo, todavía tengo cicatriz, está ubicada en la mitad del ombligo, por donde operaron. 

Hoy me siento tranquila, un 99% sé que no puedo tener hijos y estoy aprendiendo a vivir con ese 1% de posibilidad de quedar embarazada. La decisión de no ser mamá la tomé por mí. Cuando la gente me dice que si un día conozco a un hombre que quiera tener hijos, corto la frase y respondo "¿por qué tendría que ceder por otra persona" .Tengo muy claro que dejar mis ideales a un lado no es una posibilidad. 

Mis papás, que viven en otra ciudad, vinieron a Bogotá, estuvieron pendientes, siempre respetuosos de mi determinación. Nunca recibí comentarios malos de su parte.

Por Andrea Zapata

Sigue a Cromos en WhatsApp
Este sitio usa cookies. En caso de seguir navegando se entenderá que usted ha otorgado una autorización mediante una manifestación inequívoca para su uso
Aceptar