Se llama Ángel y es mánager de cuatro trabajadoras sexuales que fueron una vez sus compañeras en la escuela. Usa pantalón de hilo, camisa guayabera y habla poco. No le gusta que la gente sepa a lo que se dedica; sus representadas por cada 50 dólares que gane cada una deben darle 15.
No le gusta que le digan “chulo”, prefiere que lo llamen “empresario del sexo”, lo dice entre risas este hombre de 42 años. Ejerce también su profesión de ingeniero civil.
Y dice: “Yo las ayudo a ellas consiguiéndoles trabajo, pero esa ayuda tiene precio, aunque yo les hago regalos como cremas y esas cosas para que se vean bien”.
Sus representadas tienen casi su edad; Isabel (39), Antonieta (40), Leonor (41) y Valeria (45). Todas sólo estudiaron la primaria en la misma escuela. El sexto grado fue el último año que vieron a Ángel, pero hace tres años se reencontraron en Chone, donde empezó la relación profesional.
Ahora trabajan en Manta, no en un prostíbulo, porque según Ángel es de “caché” y los clientes los consigue vía celular. No niega que se ha acostado con todas y que los celos entre ellas siempre han sido un problema; él también las cela con sus clientes “Un cliente puede estar con ellas tres veces seguidas, de ahí en adelante dejo que pase un tiempo para que vuelvan a contratarlas. No
Quiero que se enamoren”, agregó.
La definición de chulo es: hombre que trafica con prostitutas y vive de ellas. La palabra chulo también se la coloca a las cosas bonitas o “chulas”.
Son pareja. La llamaremos Digna y tiene 30 años de edad. Lleva 12 en la prostitución; hace ocho años conoció a Enrique y se enamoró de él, siempre la comprendió y no la juzgaba por su oficio. Ella creía que él la ayudaría a salir del negocio. Después de seis meses de relación, Digna se enteró que él también se encontraba en su mundo: era “chulo”.
Enrique tenía a dos mujeres a quienes explotaba, pero no era un negocio sino un chantaje, ya que eran menores de edad y la familia de ambas no sabían a lo que se dedicaban, recordó Digna.
Enrique dejó a ambas prostitutas por petición de Digna y ahora sólo está con ella. Trabaja frente al Banco de Guayaquil por las noches y hasta las 3h00, aunque a veces cambia de lugar de trabajo.
Mientras ella está parada o caminando de una cuadra a otra, Enrique se acerca a los conductores de los vehículos que se estacionan cerca para hacer el negocio sexual.
5 horas
Diariamente trabaja Digna frente al Banco de Guayaquil de 22h00 a 3h00, gana cerca de 900 dólares mensuales.
15 dólares
La hora es lo mínimo que cobra una prostituta de catálogo, depende el cliente y la belleza de ella. Pendientes Los chulos están pendientes de sus mujeres; a veces tienen problemas con otros chulos porque tratan mal a sus representadas, Los problemas también son con los clientes de ellas.
Buscan protección Las prostitutas generalmente buscan a un chulo para que las proteja, ya que consideran que el trabajo sexual es muy
peligroso y en Manta se ha agravado por los asesinatos.