Salvador Garcia Linan

Daños del azufre a los seres humanos

 

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El azufre es un elemento químico muy abundante en la naturaleza y está presente prácticamente en todos los productos derivados del petróleo y lubricantes.

Los óxidos de azufre que se forman durante la combustión de la gasolina o el diésel mal refinados en motores de combustión interna, son indeseables debido a los daños que causan en el motor y sobretodo en el medio ambiente. Los ácidos del óxido de azufre aumentan la oxidación y la corrosión de las piezas del motor, anillos del pistón y las paredes del cilindro. En la atmósfera, los óxidos de azufre se convierten en ácido sulfúrico por reacción con la humedad dañando vegetales, peces, animales y la vida humana. También se corroen edificios y monumentos.

El SO2 es higroscópico cuando se encuentra en la atmósfera ya que reacciona con la humedad y forma ácido sulfúrico y ácido sulfuroso, aerosol que se convierte posteriormente en parte en la llamada lluvia ácida. La intensidad en la formación de aerosoles y la permanencia de ellos en la atmósfera depende de las condiciones meteorológicas y la cantidad de impurezas catalíticas (sustancias que aceleran procesos) presentes en el aire. En general, el tiempo medio que permanecen en la atmósfera es de alrededor de 3 a 5 días. La exposición a sulfatos y ácidos derivados del SO2 es muy dañina para la salud de las personas, debido a que estos compuestos entran en el sistema circulatorio directamente a través de las vías respiratorias.

La contaminación del aire por el SO2 tiene los siguientes efectos en los seres humanos: turbidez corneal, dificultad para respirar, inflamación de las vías respiratorias, irritación de ojos, daños en la garganta, alteraciones psíquicas, edema pulmonar, insuficiencia cardíaca, colapso circulatorio... El dióxido de azufre también está asociado con el asma, bronquitis crónica, morbilidad y la alta mortandad en ancianos y niños.

El azufre es un veneno altamente nocivo para la salud de las personas. Por ejemplo, un nivel de 0.3 microgramos por metro cúbico de aire implica un riesgo potencial para la salud humana, pero para los árboles, 0.2 g es extremadamente peligroso. Debido a eso, los óxidos de azufre (SOX) y el ácido sulfúrico (H2SO4) se relacionan con el daño y la destrucción de la vegetación, deterioro del suelo, materiales de construcción, animales, lagos y ríos.

Twitter:@SalvadorGLignan

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