Huelva

Lo que de verdad es hablar con poder

  • No todos percibimos la realidad de la misma manera y es importante hablar en primera persona

Hablar con poder no es ser poderoso. O sí. La verdad es que creo que las personas nos volvemos muy poderosas cuando hablamos desde las claves que voy a compartir ahora y que puede que no encajen demasiado con el concepto de poder comúnmente aceptado. No lo sé. Me encantará que me lo cuentes.

Hablar con poder es saber identificar los juicios y las suposiciones que hacemos a la velocidad de la luz cada momento del día, y también usarnos mucho más como sujetos activos de las oraciones.

Identificar los juicios que hacemos es hacernos conscientes de que los hacemos, y después saber diferenciarlos de nuestras afirmaciones. No es fácil. Por ejemplo, "Hace frío", ¿es un juicio o una afirmación? "Eres bajito", ¿es una afirmación o un juicio? "Hablo rápido" ¿afirmación?… Todos son juicios. Las expresiones informativas que evitarían el juicio serían: "hay 14 grados", "mides 1 metro sesenta" o "hablo a razón de 120 palabras por minuto".

Ya, ya lo sé. Es imposible. Lo más importante es aceptar que lo que decimos es nuestra propia percepción de una realidad que compartimos pero que no percibimos todos de la misma manera. Una temperatura de 14 grados en según qué países es primavera y yo siento que me congelo. Cuestión de termostatos naturales.

Además, hablar con poder es hacerlo usando la primera persona como sujeto activo de nuestras oraciones. El Yo. Otra obviedad que hay que entrenar porque se nos olvida mucho. Significa que mejor que decir "es la única forma" sería decir "en mi opinión yo lo haría así"; o en vez de decir que "no hubo tiempo" decir "tuve otras prioridades"; mejor que decir "me suspendieron el examen" es decir "he suspendido"; y seguramente no es que "me ignoran", es que "no he sido capaz de hacerme escuchar".

El lenguaje está íntimamente relacionado con nuestros sentimientos. Según sea la forma en la que nos hablamos a nosotros o a los demás, provocamos distintos estados de ánimo. Una razón de peso para cuidarlo. Hablar con poder te hace más responsable, más hábil para responder.

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