_
_
_
_
_

La cicatriz glial, un obstáculo insalvable

Milagros Pérez Oliva

En 1980 se celebró en Las Vegas, Estados Unidos, una cumbre de científicos que trabajaban en reconstrucción medular; llegaron a la conclusión de que las técnicas hasta entonces ensayadas en animales no eran viables. El escollo principal había sido ya definido en 1950 por William Windle: tras la lesión medular, se produce en la zona afectada una especie de cicatriz -la cicatriz glial- que impide cualquier conexión posterior.

"Las neuronas no se regeneran", explica Luis García Fernández. "Lo que sí se regenera es el axón, que es una prolongación de la neurona. Pero la cicatriz glial impide el paso de las ramificaciones de los axones". En muy pocos casos la lesión provoca una sección total de la médula, pero lo que se produce siempre es una desorganización total de las innumerables conexiones nerviosas que contiene. Ocurre, sin embargo, que a veces algunas de las conexiones quedan intactas. Se trata de lesiones incompletas que al cabo del tiempo pueden dar lugar a la recuperación de cierta movilidad y sensibilidad.

Más información
Especialistas en lesiones medulares ponen en duda los logros del soviético Gueorgui Yumashev

Recuperación espontánea

"También puede ocurrir que algunas de las conexiones interrumpidas recuperen funcionalidad al cabo de un tiempo, es decir, que una lesión calificada de completa evolucione espontáneamente a incompleta. En cualquier caso, la recuperación no permite nunca desarrollar movimientos complejos como la marcha voluntaria". Una mtervención quirúrgica estaría siempre contraindicada, según García Fernández, en las lesiones incompletas, porque puede anular la capacidad espontánea de regeneración. Y aquí es donde radica, en su opinión, la parte más criticable de la práctica de Yumashev.

Las técnicas aplicadas por el soviético en humanos son, esencialmente, las mismas que se habían experimentado en animales. Se comprobó entonces que no era posible la creación de puentes con nervios intercostales, porque éstos no crecen dentro de la médula, y que tampoco era posible reestablecer las conexiones mediante injertos de material neuronal en el lugar de la lesión porque, como comprobó el norteamericano Gopal D. Gas, las meninges envuelven el material trasplantado e impiden la conexión

Los dos únicos científicos que, a pesar de las conclusiones del congreso de Las Vegas, decidieron ensayar las técnicas quirúrgicas en humanos fueron el profesor Kao, en Washington, y Yumashev, en Moscú. Kao fue sancionado por ello y se trasladó a Italia.

Los especialistas niegan la validez de estas técnicas para la mayor parte de las lesiones medulares. Admiten, sin embargo, que alguna de ellas pueda ser aplicable en determinados casos muy específicos.

Se ha comprobado que la reacción de la médula tras una lesión no se reproduce exactamente en el caso de los nervios periféricos. Éstos sí han demostrado capacidad de regeneración.

En la parte inferior de la columna vertebral, la médula está formada exclusivamente por terminaciones nerviosas. Sólo en el caso de las lesiones producidas en esta parte de la columna, la llamada cola de caballo o región sacra, sería posible obtener ciertos éxitos mediante técnicas quirúrgicas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_