Después de la Generación Z formada por aquellos nacidos entre 1994 y 2010, los expertos comienzan a hablar de una nueva en plena era digital a la que han bautizado como la Alpha, formada por los nacidos a partir de 2010: los “hijos de la Generación X y los millennials”.
Una generación compuesta en su totalidad por nativos digitales para los que la tecnología es su manera de conocer el mundo. Se caracteriza porque sus componentes son bastante solitarios y viven a través de los smartphones y los ordenadores. Lo más seguro es que vivirán pegados a las redes sociales, los youtubers y los influencers. Ya incluso parte de la Generación Z es totalmente tecnológica.
¿Cómo es la Generación Alpha?
Para los padres resulta complicado pensar cómo será el futuro de sus hijos, cómo vivirán o en qué trabajarán. Pero está claro que estos nuevos jóvenes tendrán una exposición a la tecnología sin precedentes.
“La Generación Alpha –un término acuñado por el investigador Mark McCrindle para describir el grupo de jóvenes que ha nacido a partir del año 2010 en adelante- jugará, aprenderá e interactuará de forma totalmente nueva. Estos niños han nacido en un momento donde los dispositivos electrónicos son cada vez más inteligentes, todo está conectado, y donde lo físico y lo digital se une en un solo mundo. Conforme crezcan, las tecnologías que parecían nuevas o extrañas, para ellos formarán parte de sus vidas, de sus experiencias, actitudes y expectativas hacia el mundo que los rodea. Algunos neurocientíficos y psicólogos creen que sus mentes también serán diferentes a las de generaciones anteriores”, explican en el estudio Entendiendo a la generación Alfa.
Decididos e inteligentes
Los primeros miembros de la Generación Alpha tienen en la actualidad 8 años, ya que estamos hablando de los nacidos en 2010. Para los expertos estos chicos Alpha son decididos, inteligentes y están permanentemente conectados. Están pendientes de la tecnología hasta el punto en que se ha convertido en su estilo de vida. Los juegos interactivos se han impuesto a los tradicionales y cada vez tienen menos espacio la lectura, las relaciones sociales o la escritura.