ojete


También se encuentra en: Sinónimos.

ojete

1. s. m. Agujero redondo reforzado con hilo o metal para meter por él un cordón.
2. TEXTIL Agujero con que se adornan algunos bordados.
3. ANATOMÍA Ano, orificio en que remata el conducto digestivo y por el que se expelen los excrementos. ojo
4. adj./ s. m. y f. Méx. vulgar Se aplica a la persona muy mala, perversa o que se aprovecha de los demás.
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

ojete

 
m. Dim. de ojo.
Ojal redondo, gralte. reforzado, para meter por él un cordón o cosa que afiance.
Agujero con que se adornan algunos bordados.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.
Sinónimos

ojete

nombre masculino
(col.) ano
Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.

ojete:

culoano,
Traducciones

ojete

eyelet

ojete

cul

ojete

SM
1. (Cos) → eyelet
2. (= ano) → arsehole, asshole (EEUU)
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005
Ejemplos ?
Luego, arrodillándose ante ella, olió y respiró en el interior de la vagina y en el ojete del culo, pero volvía siempre a los sobacos, sea porque esta parte le gustaba más, sea porque encontraba más husmo; siempre era allí donde su boca y nariz se pegaban con más avidez.
La edad y el color de la tez estaban también reglamentados, tenían que ser rubias, entre los quince y los dieciocho años, ni más ni menos, y por encima de todas las cualidades era preciso que tuvieran el culo bien moldeado y, de una lisura tan absoluta que el más pequeño grano en el ojete era un motivo de exclusión.
Tras haberse instalado lo más cómodamente posible cerca del objeto de su culto, pega la boca al ojete y yo le largo un pedazo de mierda del tamaño de un pequeño huevo.
A fuerza de luchar, casi perdida se halla al fin la insufrible picadora, y por ver si se libra, va y se mete en aquel lindo y virginal ojete, que tan dulces placeres atesora.
Sepas que es mi presencia la que tu miembro entona, porque soy el dios Príapo en persona: las cópulas protejo naturales, pero no los ataques sensuales de puerca sodomía; y, pues gozar ojete es tu manía, quédese el tuyo viejo, que en sempiterna languidez lo dejo.
El libertino estaba en las nubes, el vello de su miembro frotaba el lindo ojete que hubiera querido perforar; una de sus manos manoseaba las nalgas del delicioso amorcito y con la otra le meneaba la verga.
Cuando hubo bebido, cogió a mi hermana, la colocó sobre el lecho y derramó sobre las nalgas y el ojete entreabierto los chorros de la impúdica simiente que habían hecho hervir los impuros detalles de su repugnante manía.
Hecho esto, todo su entusiasmo se concentró en el agujero del culo, entreabrió las nalgas, besó con delicia el marchito ojete, lo chupó largo rato y, montando sobre las espaldas de la mujer, refregó con su verga las marcas de la justicia que ella llevaba, alabándola por haber merecido tal distinción; y luego, inclinándose sobre su culo, consumó el sacrificio volviendo a besar el altar donde acababa de rendir un homenaje tan largo y derramando un abundante semen sobre las marcas halagadoras que le habían encendido la imaginación.
El resto de aquel cuerpo usado y marchito, aquel culo de tafetán chino, aquel ojete infecto y grande, la mutilación de un pezón y de tres dedos, aquella pierna corta que la obliga a cojear, aquella boca desdentada, todo esto calienta y anima a nuestros dos libertinos.
-Espero, dijo el diablo sofocado, que sepas que tú no me has expulsado de esa pobre mujer por conjurarme, sino tu lego que intentó amolarme con su tercia de dura culebrina, buscándome el ojete en su vagina, y pensé: ¡ Guarda, Pablo!
A esto se añadieron algunos episodios que el orden de las materias no nos permite revelar aún; pero sí diremos que el ojete de la narradora fue completamente regado y que el duque, muy bien servido y completamente rodeado, descargó lanzando rugidos que demostraron hasta qué punto se había excitado.
El lascivo, tras haber disfrutado un instante con la perspectiva del bello culo que se le ofrece, tras haberlo palmoteado, palpado, a veces incluso latigado, pellizcado y mordido, humedece con su boca el lindo ojete que va a perforar...