Pregunta por: Margarita Alejandra Naal
como identificar anaforas y cataforas
Saber reconocer una anáfora y una catáfora puede ser nuestro escudo para brillar
Todos hemos pasado por ese momento en el que, tras "zapear" cualquier cosa, de pronto nos topamos con un reducido espacio donde resaltan las palabras "catáfora" y "anáfora". Bueno, quizás no.
Quizás no hayamos sabido si nos sentimos identificados o confusos: ¿Deberíamos tener vergüenza por lo mucho que desconocíamos sobre estas palabras? En su lugar, ¡lo único que necesitamos son algunas pistas para lograr identificarlas!
En primer lugar, hay que destacar que las palabras anáfora y catáfora pertenecen al campo de la retórica. Se trata de un recurso literario que sirve para ilustrar los argumentos de un discurso.
¿Cómo reconocer una anáfora y una catáfora?
La clave para reconocer estas palabras es fijarse hacia dónde nos piden que busquemos la información faltante. Si reconocemos que la información prometida vendrá después, seguramente estaremos ante una catáfora. Mientras que si la información que necesitamos surge del discurso anterior en el texto (como resultado de la repetición de palabras o elementos), podremos identificar una anáfora.
Reconociendo una anáfora
Una anáfora hace referencia a un nombre que se mencionó previamente en el discurso. Por ejemplo, "María no se rinde, ella es una luchadora". En este caso, el nombre es "María", y va antes del pronombre "ella", para así evitar la repetición.
Una forma sencilla de recordar la anáfora es utilizar la siguiente regla: ANAfora_nombre_ANtes. Seguramente te será de gran utilidad cuando enfrentes alguna situación similar.
Ejemplos de anáfora y catáfora
Ahora bien, para comprender mejor el uso de este recurso retórico, veamos algunos ejemplos:
- "A Pablo no le gustan los objetos rojos, él prefiere los verdes". Éste es un buen ejemplo de anáfora, ya que se trata de la repetición del nombre.
- "Llegaré pronto; esperadme". Esto se trata de catáfora, ya que se menciona algo que vendrá más adelante.
- "Algunos elefantes tienen orejas grandes, otros pequeñas”. Esto podría ser considerado como anáfora o catáfora, dependiendo del contexto.
- "Debemos aprender antes de actuar". Esto se trata de una catáfora que motiva a la acción.
- "Pablo nunca dice no a nada, está siempre satisfecho con lo que hace". Nuevamente este ejemplo se trata de una anáfora.
- "Trabajemos ahora; tendremos tiempo para divertirnos luego". Un buen ejemplo de catáfora.
¡Aprovecha la herramienta!
Como hemos visto, aprender a identificar fuentes retóricas como las anáforas y las catáforas puede resultar muy útil para desarrollar nuestra oratoria. Ya sea para hacer discursos creativos o para mejorar nuestra redacción. Todo se reduce a entender el contexto y descubrir el momento adecuado para aplicar alguno de estos recursos.
Si sabemos utilizar a la perfección la herramienta, nuestras palabras no volverán a pasar inadvertidas. ¡Así que sigue practicando y disfruta el proceso!